sábado, 16 de julio de 2011

Nosotros, los intelectuales

Puerta del Sol

-...“perroflautas” (¡qué mente fascista habrá inventado este neologismo!)...
Resulta doblemente patético escuchar a Agustín García Calvo –con todo el respeto que nos merece su trayectoria— pontificando en la plaza y dando instrucciones a la asamblea para que no propongan nada, porque proponer es caer en el lenguaje del padre, del Estado, del orden que se trata de combatir... Y García Calvo por desgracia no está sólo en sus delirios iluministas...
Otros con suficiente capital cultural para derrocharlo, como Fernando Savater, pueden permitirse directamente ejercer la violencia epistémica que les otorga su tribuna y hacer pasar por filosofía aseveraciones del tipo, “el 15-M me ha servido de tontómetro para medir el nivel de estupidez y cinismo de algunos”. Frente a tanta desfachatez y tanto despropósito sólo nos queda desclasarnos como intelectuales, escindirnos completamente de esta manada de déspotas iluminados y apóstoles de la banalidad y el oportunismo. De todas maneras, como intelectuales no somos más que mutiladas y mutilados. Ya Antonio Gramsci advirtió de que todo hombre es un intelectual...
Por eso, cuanto más avance el 15-M, más necesario será abolirnos, no por "antiintelectualismo", sino porque lo más intelectual que podemos hacer ahora mismo es, aunque el ego se resienta, acudir a las asambleas, aportar lo que buenamente podamos a las comisiones con humildad, escuchar de tú a tú, hablar sin apellidos ni título y, como mucho, sentirnos orgullosas de lo que hacemos igual que un carpintero se siente orgulloso de la mesa que ha construido. Obreras de la palabra, no señores respetables, a cada cual según su necesidad, de cada cual según sus destrezas.

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