Presentación de dos pilares soñados
Diarrá, en nuestra peña cordobesista. Fué el mejor jugador del Córdoba y es de los pocos que se salvan en el Tenerife
Francisco Javier Gómez Izquierdo
La tradicional igualdad de la Segunda no viene determinada, gracias a Dios, por el valor de las plantillas sino por el imprevisible rendimiento de las mismas. Los agoreros de agosto, servidor sin ir más lejos, nos compadecíamos de equipos con escaso presupuesto -general de la tropa menesterosa el Mirandés-, que conformaban las plantillas con jugadores de bajo costo que carecían de pretendientes*. Varios clubes de 1a RFEF disponen de tesorerías más boyantes que el "equipo rojillo", ahora "jabato". Luego están los clubes que tres meses antes de acabar las ligas tienen contratados jugadores que han llamado la atención, tal que el Tenerife fichando a nuestro Diarrá, el medio más destacado de 1a RFEF, o Juande, respetable central que contribuyó al ascenso del Málaga, sin olvidar al eterno talentoso Mikel Mesa, que tan buena campaña hizo en el Zaragoza.
He esperado escribir sobre el Tenerife porque no acababa de entender su errático deambular: "tiene que reaccionar" pensaba no sólo el Heliodoro, sino también servidor, pero ya van 18 jornadas transmitiendo fragilidad. Todo le sale mal al Tenerife. Aquí en Córdoba con 0-0, Ángel, un 9 con el culo pegado -va para treinta y cinco tacos- falló un penalti y es que cuando las cosas están por salir mal... ni Pepe Mel, siempre revulsivo, ha sido capaz de mejorar a Óscar Cano, despedido tras media docena de partidos.
Al veterano Tomeu Nadal se le buscó relevo en la portería con Salvi, pero no se aprecia mejoría, como tampoco con los centrales Gayá, canterano del Mallorca, o el malagueño Juande, que comparten culpabilidad con los antaños solventes José León y Sergio González; David Rodríguez, canterano chicharrero, peca de impetuoso por la derecha, y Adrián Guerrero, lateral zurdo traído de Suiza, no hace olvidar al francés Mellot. Aitor Sanz, capitán que lleva más de un decenio como mediocentro en Tenerife, anda desconocido. Junto a él debía brillar Diarrá, al que servidor tiene devoción (en mi Peña cordobesista le homenajeamos en mayo antes de marchar a la isla), pero rema muy arriba a mi parecer y naufraga como el resto del equipo. Waldo tiene buen currículo y buenas condiciones; también Bodiguer; los dos ex cordobesistas: el primero titular, no así el francés; los dos sufriendo una pesadilla insospechada. Luismi, el 11, es el mas visible. Gasta moño y es bajito, saca todo y además se atreve a "chupar". Me da que el Sevilla le soltó por el físico; su clase es evidente pero su gambetear transmite decadencia. Elegante si se quiere, pero decadencia al fin.
A la delantera se le supone un valor por encima de lo que se estila en Segunda. Maikel Mesa parece atrofiado tras salir de Zaragoza; el gigantesco Enric Gallego, aquel goleador del Extremadura, Huesca y Osasuna parece encogido; Ángel, jugón excelente, parece también aletargado como Cantero, cedido por el Levante..., o los jóvenes Teto, canterano de la casa, o el argelino Yanis de diecinueve años cedido por el Betis... De todos estos delanteros se esperaba mayor rendimiento, pero un mal viento anda sopla que te sopla por Tenerife. Hombre por hombre, la plantilla tendría que disputar el ascenso y con esas intenciones se empezó el campeonato pero a estas alturas todo huele a morrocotudo disgusto. Ver cómo la cincuentena de aficionados tinerfeños abroncaba a sus jugadores que se acercaron al graderíoa pedir perdón tras el 3-0 de El Arcángel me dio cierta pena... pero conforme está la cosa en Burgos y Córdoba necesitamos candidatos por abajo.
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*Hacer una mili en Miranda es ya signo de distinción.


