domingo, 15 de diciembre de 2024

Hughes. Rayo, 3-Real Madrid, 3. Los niños de Vallecas

Hughes

Pura Golosina Deportiva


 
Un día muy frío en Madrid. Ancelotti respondió, hierático en un abrigo clásico, mientras Davide se retorcía dentro de su plumífero.



El Madrid jugó un partido irregular: un comienzo delictivo, una ráfaga potable y un final, yo creo, entre el cansancio y cierto abandono.


El Rayo tenía algunos jugadores altos y fuertes de esos que Garicano y los centristas ahora nos quieren quitar y el Madrid respondía con sus laterales-ruedines.

En el minuto 4 llegó el 1-0: Frutos hace lo que quiere ante Fran García y su centro lo remata Unai López sobre Lucas.



Como siempre, la ira se concentra en la defensa, pero el mediocampo sujetaba poco.



El Madrid no era el de la negritud que nos prometimos, sino el de los jugadores ibéricos bajitos. Incluso muy bajitos. Lucas y Fran García tenían que sufrir en los balones aéreos. El enanismo del Madrid, ¿dónde mejor que en Vallecas para exhibirlo y entenderlo? Los dos eran el Niño de Vallecas de Velázquez. Pero Fran García, además, con una melena de follador. A veces olvidamos que es lateral izquierdo, que él, al menos, se cree que lo es, y esa melenita pudiera ser el tributo que todo lateral le paga a Maldini.



Fran García salta en los amagues como un malo de El Equipo A cuando había una explosión y no morían pero salían volando disparados.



Fran García tiene algo misterioso porque en su rostro ves a la vez campo y a uno de Duran Duran.



El Rayo mandaba y del cráneo calvo de Isi salía vapor zidanesco.



Tchouameni es un eslabón débil, pero pareció infrautilizado. En tramos del partido se sentía la necesidad de que diera dos pasos adelante y se colocara en la media dando empaque, músculo, presencia, muro, pierna y tórax a una zona de papel del Madrid con el eterno Modric.



En sus duelos con Isi, se vio que los pelánganos de Modric pueden ser una estudiada necesidad. Lo mejor para todos sería que se rapara y verlo todo hueso ya, huesudo total, fútbol-parca, esqueleto de fútbol por el campo recibiendo ditirambos de la terrible prensa, qué digo terrible, terrorífica prensa y televisión española.



En el Madrid se movía Rodrygo. Hizo un jugadón por la izquierda que Guler, llegador como el que más, pero llegador sin galones en el gran ¿quién la da la vez del ataque? le quitó a Bellingham.



Luego hubo una contra en la que Lucas demostró su ego. Entró en el área donde estaban Guler, Bellingham, Rodrygo y Brahim y decidió intentar un dribling en carrera como si fuera el primer Cristiano.



El 2-0 de Mumin llegaría sobre Lucas, que lo miraba desde abajo como fotógrafo a la modelo.



El Madrid estaba grogui y de la nada, pero de la nada literal, no es una frase, Valverde se inventó un gol con un chut seco, profundo, directo, afrutado, raso y con curva justa en el bouquet.



No mucho después, ya en el 45' Bellingham marcó metiendo la cabeza en un buen pase de Rodrygo, el mejor quizás. Estuvo rápido, currante, decidido y regateador. Cuando está así es un gran lujo. Rodrygo es Vivek Ramaswamy, brillante y articulado segundo plano, todo potencial.



Al poco de empezar la segunda parte marcó el tercero en un chut que desvió el defensa. Pero toda la jugada era correcta.



Rodrygo rinde y se mueve por mucho campo. Tiene gran conciencia táctica y da esos rápidos pasitos marcha atrás con los que recupera la posición. Además, su juego brilló en Vallecas, donde pocos lo hacen. Su depurada técnica es capaz de jugar a una alta velocidad en espacios muy cortos.



Cuando empezaban los cambios, Isi, ese hijo que tuvieron Robben y Movilla, marcó el 3-3 apenas desviando un tiro lejano. Una cosa poco seria la defensa del Madrid y un Courtois de vacaciones del milagro.



El gol le cogió al Madrid recién relajado (el plumilla que suscribe se quedaba dormido), y aunque hubo cambios ya le costó volver del todo. Entraron los que tenían que entrar, hasta Endrick, pero el Madrid bastante tuvo con superar la presión ardiente tras el gol local. Se sobrepuso y pudo marcar en un par de acciones de Vini, que ha superado ya la fase extremo y actúa como depredador superdotado del área.



Endrick no pudo hacer mucho pero dejó asomar su velocidad y su hambre.



Pudo marcar el Madrid, pero el empate no era injusto. Aunque con Modric en el mediocentro, los laterales diminutos y Valverde rozando la explotación laboral, tampoco hay que sorprenderse de algunas cosas.



(Aclaración/disculpa: esta croniquilla se ha perpetrado en alto estado de somnolencia. Si algo suena o parece extraño, piedad)