domingo, 5 de julio de 2020

La moto

Ramiro Ledesma


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Cuando en la estatua de Fleming aparecen pintadas de “asesino”, y en el diario gubernamental, una exaltación del desenfado del licenciado Simón en chupa plasticón de rana galvanizada a caballo de una moto, es que una nación ha tomado la única decisión que, según Renan, no le está permitida: suicidarse.

    –¡Hombre, también Cajal era maño y posó de torso desnudo mostrando los bíceps y cara de alarido de guerra en la estepa! –hubiera dicho Gecé, el primero en ver que el fascismo español es muy de moto: “Como el organillo, de origen alemán, la moto se está haciendo ibérica. A mí me parece muy bien la moto en Castilla: cuestas, estampidos, explosiones, tolvaneras de polvo, viajes inauditos por un crimen, por una enfermedad, por algo siempre decisivo y a veces trágico…”
    
El franquismo tiraba de moto para entregar los ceses ministeriales, y de un motorista suyo se decía que iba por esos prados de San Isidro haciendo poetas epitalámicos. De la Santa Transición recuerdo a Javier Solana, el Bombardero de Belgrado, resumir en una entrevista su idea de libertad: bajar la Castellana en moto a toda leche y con la bragueta abierta, porque, como diría el tejano Kevin Schwantz, una moto es lo más divertido que puede hacerse en este mundo… vestido.
    
La aclamada incompetencia del divertido Simón (“en España no habrá contagios; si acaso, uno o dos, que vendrán de fuera”) gime bajo el peso de cincuenta mil muertos que el diario gubernamental trata de transformar en “glamour” poniendo al licenciado Simón a posar de Peter Fonda en “Easy Rider” (¡la Canina en moto!) y les ha salido una caricatura de Ramiro Ledesma en su Royal Enfield 501 (la vendió para sufragar “La Patria Libre”), que es lo que tiene venir de la escuela de “Arriba”, y en esto también lleva razón Renan:
    
El culto a los antepasados es el más legítimo de todos los cultos; los antepasados han hecho de nosotros lo que somos.
    
Como manda el presidente, todos (bueno, cincuenta mil menos) a las terrazas. La España de Sánchez es una sauna.