jueves, 12 de septiembre de 2013

Brujas




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Que dicen los socialistas que el auto de la juez Alaya es una caza de brujas, y eso, si las brujas son Griñán y Chaves, convierte a Susana Díaz en Macbeth.
    
Llueve sobre la izquierda –dijo ayer Rubalcaba en el Congreso, donde un nublo de verano se abrió paso sobre los escaños a través de los balazos de Tejero en el techo.
    
Hombre, llover, llover, llueve sobre los contribuyentes, que son los que pagan los eres, a cuyo lado los trajes de Camps son apenas una viñeta de Ibáñez en su 13 Rue del Percebe.
    
Pero hace bien Rubalcaba en querer llevar el agua de la gotera parlamentaria al molino del simbolismo, y más en la Diada (día en que Barcelona conmemora el nacimiento del “hereu” de Messi, venido al mundo exactamente a las 17,14), teniendo en cuenta que la cara de Chaves es el escudo del Barça.
    
Simbolismo por simbolismo, con el calentón patriótico el “senyor” Mas se nos ha ido a comparar con Luther King, a quien yo creo que confunde con el “senyor Amunike”, que decía Juan Gaspart, un Juan Porras del indigenismo culé.
    
Si a Chaves, que se cree una bruja de Shakespeare, y a Mas, que se ve como otro Luther King, uniéramos a Otegui, que va por el talego echándoselas de Mandela, tendríamos casi configurado el nuevo mapa autonómico de España, esa unidad de destino en lo local que ha descubierto un joven y modesto concejal de Mijas, representante de la Generación Mejor Preparada de la Historia, que atiende por Juan Porras.

    La España de Juan Porras surfeaba ayer en la risa sardónica de Soraya Rodríguez y Elena Valenciano, convencidas de que Gallardón les tomaba el pelo al decir que en la República (revuelta de frescos que derivó en dictadura de pedantes que degeneró en orgía de psicópatas) la izquierda negó a la mujer el voto.

    Hoy, la mujer manda en la izquierda y defiende, como en el caso de Díaz, “la honestidad” (que, frente a “la honradez”, se ocupa de los asuntos de cintura para abajo) de las brujas de Macbeth.