-Cuando una cultura, un pueblo, o una comunidad, comienza a dudar de sí
misma es que ya ya no tiene instituciones capaces de dar sentido a la
acción.
Ignorar la relación entre la dignidad de las instituciones y la del
ciudadano es ignorar que el hombre se hace ciudadano gracias a su fe en
las instituciones.
Sin fe en las instituciones hay hombres, pero no ciudadanos.