-Decía una vez Salvador Dalí: “El mejor escritor de España es Franco; lo
que pasa es que no escribe.” A esta conclusión surrealista se llega
después de leer la mayoría de los reportajes que los periodistas
extranjeros hacen sobre la literatura española. Evidentemente, una
literatura cuyo mejor exponente no escribe es una literatura simpática,
por la sencilla razón de que cualquiera puede conocerla sin tomarse el
trabajo de leer nada. Es una literatura infusa al alcance de los
analfabetos. Aunque ese ilustre escritor que no escribía haya
desaparecido hace unos años, los señores que en la capital de España
administran la cultura se resisten a darse por enterados de su
desaparición y siguen repitiendo los nombres y los títulos de siempre,
unos nombres y unos títulos que no sirvieron entonces para que el mundo
exterior se interesara por nuestras letras, reducidas a la obra
inexistente de un escritor en continua inactividad. La vida literaria
está compuesta por los que hacen literatura y por los que la
administran.
En Viñamarina