martes, 10 de julio de 2012

La España de finales de los 70 vista desde Italia



-Decía una vez Salvador Dalí: “El mejor escritor de España es Franco; lo que pasa es que no escribe.” A esta conclusión surrealista se llega después de leer la mayoría de los reportajes que los periodistas extranjeros hacen sobre la literatura española. Evidentemente, una literatura cuyo mejor exponente no escribe es una literatura simpática, por la sencilla razón de que cualquiera puede conocerla sin tomarse el trabajo de leer nada. Es una literatura infusa al alcance de los analfabetos. Aunque ese ilustre escritor que no escribía haya desaparecido hace unos años, los señores que en la capital de España administran la cultura se resisten a darse por enterados de su desaparición y siguen repitiendo los nombres y los títulos de siempre, unos nombres y unos títulos que no sirvieron entonces para que el mundo exterior se interesara por nuestras letras, reducidas a la obra inexistente de un escritor en continua inactividad. La vida literaria está compuesta por los que hacen literatura y por los que la administran.