lunes, 14 de mayo de 2012

Un portugués

-Cabría ahora llevar a cabo una compleja operación de analogías y similitudes, elaborar una alegoría que sería muy del gusto de Jules Winnifield y su interpretación de Ezequiel 25, 17, y terminar asignando a la palabra del conde portugués el valor de una promesa de Copa de Europa, a Florentino el papel de rey leonés, &c.

Pero no. Con la historia en sí misma creo que es más que suficiente.