COMIDA Y SEÑORÍO
-Un
país en que coman manjares delicados ha de ser un país espiritual;
habrá escritores sutiles, habrá mujeres delgadas, altas, de siluetas
artísticas, habrá gracia en la charla y los ademanes, habrá modistos
estupendos y la vida será ligera y grata. Un país en que se come cocido
va a su ruina: los hombres se llamarán ninchi y las mujeres
gastarán mantón. Luego en una plaza de toros, cuando el torero harto de
gazpacho haga rodar un toro, el pueblo pensará en comerse el bravo
animal con garbanzos y tocino, al día siguiente.
LAS GAFAS DEL DIABLO / WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ
Ignacio Ruiz Quintano