lunes, 7 de mayo de 2012

La leyenda continúa

Espantá de Rafael el Gallo

Ante la derrota (la derrota sin paliativos que es perder la Liga), Guardiola pega la “espantá”, el “me voy, me voy, me voy” del conejo de Alicia, todo lo cual no hace de Pep un Rafael el Gallo


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Tres años después, el abuelo de Majaelrayo vuelve a gastarnos la entrañable broma:

    –Y el Madrid ¿qué? ¿Otra vez Campeón de Liga?
    
La Liga de las Ligas, la Mejor Liga del Mundo, el Cantar de los Cantares de las Ligas, la Liga con más goles (blancos, por supuesto) de la Historia de la Liga… para el Rey de Ligas.
    
Es la Liga de José Mourinho, que viene de ganarlas en Italia, en Inglaterra y en Portugal. Nadie más lo ha hecho.
    
Lo que espero es vivir muchos años para ver a "los fenómenos" entrenando, y ganando, en países tan diferentes.
    
Una Liga, ésta, ganada a José Guardiola, fundador  del Mejor Equipo de la Historia, al decir de la propaganda, que duró tres años. (La Historia, no la propaganda).
    
Histórico, pues, es el palo de Mourinho a Guardiola ganando la Liga. El guardiolismo lo veía venir, y de ahí su feroz campaña (incluido un abracadabrante “Hitler portugués” procedente de las apretadas filas del periodismo progresista) contra el entrenador del Madrid.

    –¿Es que va a venir un portugués a enseñarme a mí de fútbol?
    
En el campo, Mourinho fue Patton, pero Guardiola nunca fue Rommell, y ante la derrota (la derrota sin paliativos que es perder la Liga) pega la “espantá”, el “me voy, me voy, me voy” del conejo de Alicia, todo lo cual tampoco hace de Pep un Rafael el Gallo.
    
Explicada por Corrochano, la “espantá” del Gallo tenía su origen en un miedo insuperable que se adueñaba del torero cuando, en el ir y venir una faena, perdía la cara de los toros.
    
Perder la cara al toro es perder de vista el peligro, y el recurso era alejarse del peligro con terror.

   
Guardiola se ha ido de la cara del toro como un Gallo sin cresta y con excusas de mal pagador, dejando a Mourinho con el recuento de goles que constituirán el nuevo récord del mundo.
    
Y, sin embargo, no ha sido una Liga barata: el enfrentamiento definitivo de Madrid y Barcelona les ha costado la final de la Copa de Europa. El Chelsea se llevó la eliminatoria de los nuevos ricos, y el Bayern, la de los viejos señores.
    
La Décima por una Liga. Ése es el valor de la Liga número 32.

    Todo eso de la mejor plantilla de la historia blanca es “agit-prop” antimourinhista: el Madrid que recibió Mourinho no era cabeza de serie en Europa, y en España tenía asignado el papel de comparsa del tiquitaquismo guardiolés, con su fútbol garbancero (el garbanzo yendo y viniendo en la boca del viejo) y el cuento de la “pedrera”: Villa, Alves, Mascherano, Keita, Alexis, Abidal, Affelay, Maxwell, Ibrahimovic, Cáceres, Hleb, Henrique, Keirrison y, por supuesto, Chigrinski, más Cesc y Piqué (Arsenal y United). Cuatrocientos millones de guardioleuros que ahora obligan a tirar de Tito Villanova, el José María Tasso… de la “pedrera”.

    El fútbol consiste en meter goles: a más goles, mejor  fútbol. Hoy por hoy, el del Madrid. El resto es literatura racionera. O periodismo deportivo, que para el guardiolismo es lo mismo. La leyenda continúa.


POBRE PICHICHI
    Como los viejos Bancos Centrales, que se ponían a emitir billetes en cuanto el consumo se tambaleaba, así los “boy scouts” de Arminio & Villar se han puesto a pitar penaltis en cuanto Messi se puso a perder títulos. Docena y media de penaltis en los dos últimos meses. El Pichichi como clavo ardiendo, devaluando el trofeo a insignia de la Liga búlgara. De penalti en penalti, el Potele rosarino será el mejor “pitcher”, pero no el mejor goleador, a lo Marianín (Mariano Arias Chamorro, de Fabero, El Bierzo), Pichichi setentero como delantero centro en la Cultural y en el Oviedo.

Marianín, internacional