miércoles, 14 de diciembre de 2011

Biblias

San Baudelio

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Amaiur en el Congreso. La serpiente en el Jardín (de la Democracia). Ellos, muy jebos, sí. Ellas, muy chirenes. Y ese corte de pelo con el hacha… Y ese culín de sidra con la serpiente… En fin, que así empezaba la Biblia, y ya ven.

Una mezcla de Hollywood y la Biblia –dijo Patton que le parecía Marruecos.

Una mezcla de la Biblia (en lo que el personaje ha tenido de plaga) y Marruecos, ha hecho de España en ocho años Zapatero.

Pero la socialdemocracia pepera ansía pezón en las ubres (con pinta de ubérrimas) de Ángela Merkel, que nos pide ética protestante, y para eso hacen falta Biblias.

Renacimiento ha sacado en Sevilla “La Biblia en España” de George Borrow, traducida (ay, Jesús) por Azaña, aquella eminencia alcalaína que dijo que España había dejado de ser católica porque así se le ponía a él en los huevos (tenía la mayoría en las Cortes) “y porque el catolicismo español no produce hoy ni una sola figura comparable a las grandes figuras que produjo en los siglos XVI y XVII”.

Y es verdad que no las produce; pero ¿las produce acaso el laicismo? –le objetó Camba–. ¿Dónde están el Cervantes o el Velázquez del momento actual?

La Biblia de Borrow/Azaña se reeditó en España en el 67, cuando el franquismo era “una dictadura paliada por el incumplimiento” (Gabriel Maura). Es un retablo de la picaresca ilustrada, ante cuyo ojo avizor desfilan liberales de todas las calañas: labriegos, tontos, criminales, logreros, gitanos…

Llegamos a un lugar llamado Moncloa, que tenía un ligero aspecto de ‘château’. “Son mala gente, y ésta es mala casa, refugio de…”

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