viernes, 22 de abril de 2022

El Cristo


[Velázquez]

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Los griegos mataron conforme a derecho a Sócrates; los judíos, a Jesucristo. Los romanos, el pueblo del derecho, no mataron conforme a derecho al más grande de sus hombres, Julio César.
    

En la soberbia edición española (El Paseo) del “Glossarium” schmittiano, en anotación de abril del 57, leemos: “Cada uno de los tres pueblos que han marcado nuestro pensamiento europeo, los griegos, los romanos y los judíos, cada uno de ellos tuvo un gran hombre para nosotros los europeos: los griegos a Sócrates, los romanos a Julio César, los judíos a Jesucristo. Cada uno de esos tres pueblos mató a su mayor hombre, pero sólo el pueblo con el mayor sentido del derecho y el proceso, el romano, no mató a su hijo Julio César tras un proceso judicial, sino que lo asesinó”.


    –El asesinato de Cristo fue una inmolación. En el corazón de la fe cristiana está la creencia en que nuestra era se inició con una inmolación.
    

Para Schmitt, la frase más importante de Thomas Hobbes en el “Leviatán” sigue siendo “Jesus is the Christ”: la fuerza de una frase así, anota en mayo del 49, tiene efecto también cuando el autor la conduce hacia los bordes, incluso aparentemente fuera del círculo conceptual.


    –Esa marginación es en el culto a Cristo un proceso análogo al que efectúa Dostoyevski en “El gran inquisidor”.
    

Hobbes, nos dice, expresa y fundamenta científicamente lo que hace Dostoyevski en su relato: hacer inofensivo el impacto de Cristo en el ámbito social y político; desanarquizar el cristianismo, pero dejarle como trasfondo un preciso efecto legitimador y, en cualquier caso, no renunciar a él.


    –¿Quién está más cerca de “El gran inquisidor” de Dostoyevski: la Iglesia romana o el soberano de Thomas Hobbes? Reforma y Contrarreforma se confirman como semejantes en su objetivo. Nómbrame a tu enemigo y te diré quién eres. Hobbes y la Iglesia romana: el enemigo es nuestra propia pregunta hecha figura.
    

El habitante de las grandes ciudades no está “sin Dios”, sino “incapacitado para Dios” (Alfred Delp).

[Viernes, 15 de Abril]