lunes, 22 de noviembre de 2021

Fútbol para ascetas


 “Hard Luck”

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    En la rebelión de las masas, fenómeno que nunca veremos en el fútbol, que por eso cuenta con la protección oficial, confiesa Ortega su hartarse de advertir que la mayor parte de los hombres (“y de las mujeres”) son incapaces de otro esfuerzo que el estrictamente impuesto como reacción a una necesidad extrema, cosa que explicó más graciosamente Bertrand Russell en su ley de la pereza cósmica, según la cual los cuerpos abandonados a sí mismos hacen su camino tan lentamente como pueden, como se vio este fin de semana en la jugada de Hazard ante el portero de Estonia.


    Esta pereza cósmica sería la razón, al decir de Ortega, por la que quedan monumentalizados en nuestra experiencia los pocos seres que vemos capaces de un esfuerzo espontáneo y lujoso, como por ejemplo (si establecemos la comparación con Hazard) Vinicius.
    

Son los hombres selectos, los nobles, los únicos activos, y no sólo reactivos, para quienes vivir es una perpetua tensión, un incesante entrenamiento. Entrenamiento = askésis. Son los ascetas.
    

Del fútbol para “hestetas” (con “h” de Cortázar) al fútbol para ascetas, en el cual asceta es el que corre más allá de sus necesidades.
    

Xavi quiere meter un gol para dedicárselo a un niño con cáncer –dijo un radiofonista “hestético” en un partido del Barcelona contra el Milán.
    

No se puede imaginar Sonsoles (guiño al Zapatero de “Sonsoles, no te puedes imaginar la cantidad de cientos de miles de españoles que podrían gobernar”) la que nos ha caído en España con Xavi, el durmiente de Catar.
    

La “hestética” fue un hallazgo de Juan Luis Romero Peche, que la estudió en su “Libelo contra los estetas”, y consiste en una especie de desvarío colectivo con reveladores matices de respeto (mal entendido), incultura (bien aprehendida) y elitismo (que ni se entiende ni aprehende, pero se ejerce con demagógico machamartillo).
    

Para Peche, los “hestetas” son bípedos de hábitat difuso, pero siempre apoltronados en una orilla izquierda políticamente correcta.
    Un “hesteta” de los de Peche considera “artístico” a todo lo que procede de lo que sin rubor se denomina “expresión de sentimientos”.


    –Este sentimiento por el Barcelona es muy grande –fue la primera declaración de Xavi, el tipo que inventó el “fúpbol”, nada más volver.
    

La apreciación de la Belleza, advierte Peche, es a los fantasmeos de los “hestetas” como el amor cortés a las sudorosas maniobras con una muñeca hinchable.
    

Así, pues, Luuk de Jong es un “hesteta”, y Vinicius, un asceta, como Carvajal, cuyo ascetismo, que consiste en correr la banda, comienza en su dieta, reducida poco más o menos a chupar raíces: “No estoy comiendo gluten, nada de trigo, tampoco leche de vaca. Todo es leche vegetal. Nada de carne roja”.
    

¿Incluirá el césped retráctil del nuevo Bernabéu las raíces de la dieta de Carvajal y demás ascetas del Madrid? Seguro que sí. Ese césped retráctil ha de ser el escamoteo florentiniano, un mete-saca fabril y manufacturero, al xavismo que se nos echa encima. Si el fútbol inventado por Xavi pasa por el césped, retraes el césped y adiós al fútbol de Xavi, que ha vuelto a Barcelona con una báscula para pesar cada día a los futbolistas, un decálogo para definir su mando y un veterano de las Termópilas para recalcular el “Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization” (Ebitda) del club, Dani Alves, el futbolista con más títulos en su taquilla, pues se supone que al añadir al incremento de cotización de los futbolistas internacionalizados por Luis Enrique la suma de títulos de Alves el valor de la plantilla se disparará en el mercado.
    

No olviden la frase, justamente famosa: 2 más 2 son 4; pero ¿y si fueran 5?
    

Tomado del “Decálogo más uno, para escritores principiantes” de Onetti.
    

En su día la prensa italiana habló de la jaula para Messi (una “gabbia”) para describir la táctica con la que el Inter de Mourinho eliminó al Barcelona de Guardiola, el padre de Xavi (“Todos somos hijos de Van Gaal, de Guardiola, de Luis Enrique”…, ha confesado Xavi). Mi sueño con el césped retráctil es el final de “Hard Luck” de Buster Keaton: Keaton salta del trampolín, atraviesa la tierra y al cabo de los años sale del agujero con esposa y niños chinos.


 

 

HOENESS Y JEQUES


    Hoeness, presidente de honor del Bayern, agita su banderín moral contra el “dinero de mierda” de PSG y City. Hoeness no es hombre de lecturas, como Breitner, e ignora el simbolismo que el psicoanálisis establece entre la caca y el oro. Hoeness distingue el dinero del Bayern, procedente de jugar al fútbol, del dinero de los jeques, procedente de inversiones. “¿La diferencia entre ellos y yo? Yo trabajé duro para ganar mi dinero y ellos lo recibieron como un regalo”. En 2014, Hoeness (“un hombre que gozó durante años de la fama de ser la instancia moral de Alemania, una especie rara de ejecutivo honesto, generoso con los desposeídos y una persona que no vacilaba en denunciar las injusticias sociales en su país”) fue condenado a tres años y medio de cárcel por fraude fiscal. “Mientan siempre”, es el décimo mandamiento de Onetti.

[Lunes, 15 de Noviembre]