viernes, 19 de noviembre de 2021

Encanallamiento


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Fuera de la propaganda, España, aculada en tablas, lleva dos siglos sin moverse, tirando gañafones al que se acerca a apuntillarla. Hay encanallamiento.


    –Qué bonita sociedad estamos creando –tuitea Sabaté, enfermo de “ela”–. Viene una trabajadora social a verme. Me pregunta mis voluntades, por si algún día estoy enchufado a una máquina. Es decir, como ahora. No es ciega. Luego me ofrece la eutanasia. Asco.
    

El Ortega de “La rebelión de las masas” lamenta la enorme dosis de desmoralización íntima, de encanallamiento que en el español medio produce el hecho de ser España una nación que vive desde hace siglos con una conciencia sucia en la cuestión de mando y obediencia, y señala el encanallamiento en la aceptación como estado habitual de una irregularidad, de algo que mientras se acepta sigue pareciendo habitual:
    

Como no es posible convertir en sana normalidad lo que en su esencia es criminoso y anormal, el individuo opta por adaptarse él a lo indebido, haciéndose por completo homogéneo al crimen o irregularidad que arrastra.
    

Propone una “política de Nación frente a una política de Estado”, tan imposible entonces como hoy, pues la España oficial está donde estaba, en una política que consiste sustancialmente en explotar a fondo los vicios nacionales.


    –Ni el partido conservador es conservador ni el liberal, liberal. No eran ni son dos partidos de ideas distintas, sino dos grupos de personas diferentes.
    

Forman la España oficial de Ortega todos esos organismos (“del Parlamento al periodismo y de la escuela rural a la Universidad”) que son “el inmenso esqueleto de un organismo evaporado, desvanecido, que queda en pie por el equilibrio material de su mole”. Y a este inmovilismo llamamos moderantismo.
    

Bajo la férula del moderantismo –dirá Azaña, lo más granado de la sociedad española se aplica a vendimiar el Poder: “¡Hay mucha gloria que conquistar, mucho dinero que ganar!”
    

El centro era que llamen a la puerta de madrugada y sea Justino, el puntillero con la eutanasia.

[Viernes, 12 de Noviembre]