miércoles, 13 de octubre de 2021

La corrida de toros del 12 de Octubre vista desde Taiwán por Pepe Campos y fotografiada en Madrid por Andrew Moore. Parecía que había afición, pero era público

 


 

PEPE CAMPOS

 

CORRIDA DE TOROS

MARTES 12 DE OCTUBRE

CRÓNICA

Parecía que había afición, pero era público.
Poco después de ser pitado Pedro Sánchez en el Paseo de la Castellana en el día de la Fiesta Nacional, Morante de la Puebla era recibido con máxima expectación en la plaza de Las Ventas. Al torero sevillano se le ha reconocido este año el hecho de tirar del carro de la tauromaquia durante toda la temporada. Hoy toreaba su corrida 47.

Morante en Madrid, años atrás, tuvo su particular polémica con la afición por aquello de la pendiente del ruedo. Sin pendiente el ruedo ahora, todos los presentes estaban pendientes de lo que hiciera Morante. Sobre él parecía que iba a girar la corrida. Había ganas de verle. Pero al final, en el sexto, surgió la sorpresa de Ginés Marín.

Toros cinqueños de Alcurrucén, mansos, nobles y con escasez de fuerzas. El cuarto, descastado. Medio cumplieron en varas, un poquito de empuje, se les aplicaron numerosos picotazos y salieron muy sueltos. Bien con el capote José Chacón.

Morante de la Puebla, en su primero, una buena verónica en los capotazos de recibo, en el quite alguna de ellas mecida y florido galleo llevando al toro al caballo. Vibrante comienzo, por ayudados, en faena bien estructurada, algunos buenos muletazos al natural en labor desigual, lo mejor de Morante es que toreó sereno y reunido a un toro que le costaba arrancar, mató de estocada y cortó una oreja. En el cuarto, ante un toro deslucido y sin fuerza, abrevió con la muleta, pero no con la espada: pinchazo, pinchazo hondo y fea estocada.

López Simón, en el segundo de la tarde, vulgar con el capote, en la muleta fue cogido en el primer pase; tras la paliza recibida se repuso en los primeros compases de la faena que se fue diluyendo, mató de estocada. En el quinto, le aplicó a un toro flojo la neocolocación y la rapidez, descargando la suerte, sin mando, y mató de estocada baja.

Ginés Marín, en su primero, muy noble y flojo, intervino en quites a la chicuelina con Morante, ahí hubo cierta competencia, en la muleta el toro se derrumbaba, la labor ligera, con la espada: una estocada. En el sexto, un toro que rompió a buenísimo en muleta, un bombón (ese toro noble desrazado que persiguen los taurinos), vimos todo un catálogo de toreo neomoderno, mucho pico, torear hacia fuera, despegadito, descargar la suerte, y un temple que ya llevaba el astado en su naturaleza. Mató de estocada baja, y un público triunfalista (desconcertante) le concedió las dos orejas.

 

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ANDREW MOORE

 
















 


El gesto de "El Sol" de considerar que la llamada fiesta nacional sólo tenía calidad de noticia cuando sobrevenían los accidentes del trabajo a los toreros apuntaba a cierto calvinismo, como la negativa a insertar la lista de la Lotería.
Maximiano García Venero