Hughes
Abc
Boris Johnson ha lanzado un mensaje refrescante hoy en el Times. Ha dicho que James Bond tendría que ser un hombre, lo que quizás lleva implícito que Moneypenny siga siendo mujer. Esto podría traerle peligrosas consecuencias europeas, sanciones de la UE, amonestaciones de González Pons, pero…qué estoy diciendo ¡Bruselas ya le toca un pie! Ya oigo la pregunta que se me dirige: ¿Hablas del Brexit, engreído y marginal plumilla populista? ¿Acaso no has visto los problemas de abastecimiento, su necesidad de camioneros?
Los he visto, pero hoy amanecemos con un titular de La Voz de Galicia: “Galicia necesita dos mil camioneros”, y esto relativiza algunas cosas. Ayer escuché un diálogo televisivo que resumiría así, con extractos literales: “¿La culpa del precio de la luz? No hay viento. ¿La culpa de los problemas de transporte en Inglaterra? El populismo xenófobo”. (Lo de ‘no hay viento’ me recuerda aquel mitin glorioso de Trump en el que hacía de americano medio viendo los deportes en la tele; de repente se apaga la luz… “¡No hay viento, cariño”! E imitaba con los dedos unas hélices flácidas). Bien, pues tendrán que explicar si lo de los camioneros galegos es populismo xenófobo o, como diría Felipe González, ‘populismo mediopensionista’.
El Brexit sigue su cauce y Boris Johnson dice hoy algo que suena en nuestros oídos a novedad absoluta. Como esos vídeos en los que se ve a un niño sordo que por primera vez puede escuchar y sonríe y llora ante el ruido de un pajarillo, el susurro de su mamá… pues algo así es esto. Esa cara ponemos. Boris ha dicho lo siguiente, y se lo ha dicho a las empresas: “Tienen que pagar más a las personas en lugar de buscar la inmigracion incontrolada como palanca de los salarios… No se puede echar mano de ese resorte para evitar hacer inversiones cruciales”.
Empresarios, han tenido una fuerza constante que empujaba a la baja los salarios. Esto se está acabando o se ha acabado del todo. Exploren otras vías de competitividad… ¿No es algo así? Esto puede sonar insolidario, otro debate, pero introduce una variable en la ecuación que es como un elefante en la habitación. Es un discurso político muy interesante y convierte a Boris, con sus cosas, en una referencia mundial, el líder de algo que parece, ay, privilegio anglosajón.