domingo, 17 de diciembre de 2017

El milagro de los goles

El joven Joaquín Fernández
 y el veterano Motta



Francisco Javier Gómez Izquierdo

 Para los que andamos en varios frentes, las comidas de Navidad pueden llegar a ser funestas. El viernes tuve la penúltima, creo, y ayer sábado, desganado y resacoso pasé toda la tarde mirando el fútbol del planeta, que diría el de la tele, sin molestar nada en casa, pues mi doña tiene inutilizada la garganta y duerme arropadita en la piltra.

      Empecé la tarde en Bilbao, adormilado no sé si por la entendida voz de los comentaristas que pedían la velocidad de Oyarzábal y De Marcos o por el sostenido chaparrón que tanto gusto daba ver. Al final, empate a cero. Lo normal en los derbis vascos de toda la vida. A las seis, cafelito para espabilar, y poder atender a la final del Mundialito, que en esta ocasión no sabemos si por fuerza o por propia iniciativa, el árbitro mexicano no quiso saber nada del VAR. Hizo bien a mi parecer, a pesar de los tiquismiquis que piden pantallazo por el gol anulado a Cristiano o los antimadridistas que vieron penalty de Ramos. Busquen lo que pasó también ayer en el Troyes-Amiens a costa del “ojo de halcón”, que va a resultar que es un halcón con dos ojos y el uno “güero”, como dice el gran Paco.

    En ABu-DAbi Cristiano coló un gol que vale un titulazo al que sus biógrafos convertirán en milagroso, pues en directo pareció que la pelota atravesaba los cuerpos de los jugadores de la barrera brasileña y lo que amenazaba ser una falta como tantas que saca el 7 resultó una de esas balas del cine moderno capaz de atravesar una cerradura y dar en la frente del malo. Total, que el Madrid otra vez Campeón del Mundo y el ego de Cristiano... campeón del Mundo también.

    A las ocho tocaba la obligación de mi penitencia y me planté en Almería donde ahora entrena Lucas Alcaraz, el empleado que lleva Córdoba en el corazón. El Almería es equipo tan menesteroso como el Córdoba y junto al Sevilla Atco. y Alcorcón son mis cuatro favoritos para el descenso, salvo corrección invernal en la que entrarían nuevos aspirantes como Lorca, Albacete y quizás Gimnástico de Tarragona y Cultural Leonesa. Lucas Alcaraz, lo llevamos diciendo años, defiende, defiende y defiende. Ensaya faltas y saques de esquina y con eso le vale para sus 0-0 y sus 1-0. Creo que con el Almería no le queda más remedio que ser riguroso con su método, pues no se me antoja otro mejor. Lucas cuenta con Pozo, un excelente mediapunta que imagino se le irá y el resto son obreros de fútbol antiguo. Los centrales Owona y Morcillo (fue nuestro y no jugó  ni un partido) son toscos al estilo irlandés de los 70 y Joaquín, mi favorito, que no tiene cara de llamarse Joaquín, Lucas lo pone en el centro del campo para que rasque como un 5 uruguayo de la misma década. Mandi se ha perdido desde su internacionalidad juvenil. Ya era problemático en el Spórting y ayer, como el árbitro no se atrevió a echarlo, Lucas lo cambió por si acaso. La plantilla del Almería anda coja, mejor, lesionada. Sus mejores elementos, Tino Costa un poner, andan con muleta. Por eso, el entrenador granadino tuvo que poner a los jóvenes Alex Corredera y Gaspar Panadero. A este último, extremo flaquito y butragueñil de cinco metros, le daría de comer garbanzos y chuletones y una oportunidad en Primera. Juan Muñoz, utrerano del Sevilla, es el delantero centro. En Almería muy desasistido. Dicen que estuvo en la órbita del Córdoba. No lo creo porque costaba dinero. Dejo para el final a los laterales: Nano, también excordobés que sigue corriendo como hace diez años. Buen lateral para la 2ª... y Motta, un italiano con cara de peso medio, al que no me explico con qué criterios se ficha. Perdón, sí tengo una ligera idea. Como, pongamos Eddy Silvestre en el Milán, Motta estuvo en la Juventus. No jugó partido importante que yo sepa con la Juventus, pero la etiqueta le ha valido para recorrer el mundo como lateral derecho bianconero. En el minuto 85, Motta sube a rematar un córner de cabeza. Nuestro portero polaco falla de manera escandalosa “...tu quoque Pavel?” y el balón tropieza por casualidad en una tibia en el segundo palo. La tibia de Motta. Tres puntos que dan aire al Almería y que suben a Motta a la peana de los santos milagreros. Así es el fútbol. Ni justo, ni injusto. Les prometo que el Córdoba fue mucho mejor. Tuvimos tres ocasiones que no se pueden fallar. Alfaro, Aguza... y Caballero. Mire usted, Carlos Caballero, sé que dicen y usted mismo dice de sí mismo que está sobrado de calidad para la categoría. Son cosas que no se deben decir sino demostrar. Usted mandó a las nubes un balón que le vino “a huevo”, sin que nadie le molestara, a puerta casi vacía (hubiera sido perdonable que diera en el portero), y le aseguro que sin pizca de calidad.  De todos modos, que le conste a usted que no soy quién para culparle de nada ni usted responsable de una tragedia a la que le quedan mas episodios dolorosos de los que podamos soportar. De remate, con agua y fiambre de pavo, acabé viendo las arengas del Cholo a los atléticos de la grada y otro gol, también milagroso, de Torres, para reafirmar su extraordinaria fe rojiblanca.