J. L. Martí y Javi Lara
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Voy a tener que reconocer que esta temporada ir a El Arcángel es más un compromiso adquirido, una faena extra, una irracional obligación, que el entretenimiento favorito que siempre ha sido el fútbol para uno. De los últimos veintiún puntos disputados en nuestra casa, mi equipo ha sumado sólo uno. El de ayer ante el Tenerife. Semejante cosecha en otras campañas se tendría por catastrófica, pero ¡pásmense! aún restan muchas posibilidades para que el Córdoba juegue las eliminatorias para ascender.
Los partidos en nuestro estadio son feos con avaricia, pesadotes y soporíferos. Los últimos siete tienen la categoría de horrorosos y con resultados tan negativos que desesperan al aficionado más paciente, pero como al equipo no le gana nadie cuando va de visita, el cordobesismo mantiene un optimismo que creo no tiene base científica. Ayer, por ejemplo. No hubo nada. Nada de nada. Sólo bostezos y sol y en buena lógica un 0-0 final.
José Luis Martí ha sido futbolista de larga duración del que tengo contado que asistí en Ciudad Real Real, allá por 1995, a un partido del Mallorca B contra el Manchego en el que le expulsaron y se lió a patadas contra una valla de hierro. No se me olvida porque era el capitán y porque estuvo un rato en el túnel de un campo sin público tratando de intimidar al árbitro. Ha aguantado jugando correctamente hasta la temporada pasada, también en el Mallorca y aprendiendo de esos entrenadores que le reclamaban para “equilibrar” sus alineaciones. Yo le veo caparrósico, muy pendiente de sus medio-centros, Vitolo y Aitor Sanz, a los que pide no perder el sitio. Javi Lara es el cordobés que alegrara el juego del Éibar y al que le encomienda las faltas, saques de esquina y sobre todo los cambios de juego sin mirar. Es elemento valiosísimo en Segunda, pero lo veo sin físico y medio lesionado. De Suso, el cuarto centrocampista, con su extraño esprintar y su violento regate, no acabo de verle la clase que dicen que tiene. La defensa tinerfeña no pasa de aseada, teniendo en cuenta que es titular el veterano Cristián, lateral derecho que lleva hechas tantas maletas -en Córdoba estuvo hará cuatro o cinco temporadas-, y que el otro, Saúl, lo ha dejado a pruebas el Dépor por si es aprovechable. A mí me parece que para Segunda sobra. Germán y Carlos Ruiz, son centrales, como digo, aseados y con barba como manda la estética actual.
El joven delantero Nano jugará en Primera. Se mueve y corre como los buenos y aunque ayer tocó pocos balones creo que tiene algo especial y me da que también tiene contento al representante. Lozano, hondureño de nación, es atlético, rápido y poco más. Este morenito completa un once al que Martí quiere -a mí me parece- a imagen de aquel Sevilla que forjara Caparrós. Si le dejan, con dos retoques atrás y uno en punta, el novato entrenador es capaz de ascender el año que viene a la vista de lo barato que está hacerlo ésta temporada.
¡Ah! Un detalle positivo en el Córdoba es que la defensa de veteranos por la que abogábamos ha vuelto a dejar la portería a cero.