viernes, 5 de febrero de 2016

Los decapitadores de bustos



EL FERROL RETIRA UN BUSTO DE JUAN CARLOS I
Hughes
Abc

Una vez estuve en un ayuntamiento en el que los plenos se hacían con el retrato de un australopiteco de fondo. Era imposible discutir, de él veníamos todos. Lo de Podemos además tuvo que ser en Ferrol. No había otro sitio. Querrán convencernos de que en Galicia no hubo franquistas, que fue un pueblo oprimido (esto me recuerda a una anécdota entre Manuel Vicent y Gecé: –Soy valenciano–dijo Vicent. –Ah, entonces eres fascista como yo). Ellos son antifranquistas a su manera, a ojo. Desde los Reyes Godos hasta Olé Olé casi todo es franquismo. Los de Podemos se parecen a esos amigos modernos que te van limitando la conversación: «No seas facha, Hughes», y ni puedes hablar de toros, ni de copla, ni del Madrid, y al final acabas con Marlango y El Club de la Comedia.

El concepto facha en ellos es aproximado, a voleo. Decía Pemán que facha es algo que te ponen siempre los demás, como un pronombre. Te nombran, te viene dado. Podemos se parecía a la Falange, y ahora para ellos todo es franquista: la democracia, la monarquía, la seguridad social... Al final van a acabar dando la razón a los franquistas. Media literatura, los curas calcinados, y, claro, Juan Carlos I. Todo. Teníamos la ilusión democrática, tan absurda quizás como la republicana, pero ahora vienen ellos y resulta que todo era franquismo. Y son tan antiguos que su antimonarquismo nos desempolva, a un nivel escultórico, la palabra restauración. ¿Nos hacemos un Estoril inverso en Bnb?

El descabezamiento de estatuas es iconoclasta y antiartístico. ¿Pondrán velos como Rohaní? ¡Ya les sale lo chií! «No es el rey actual», dicen («dinastía» les suena a Linda Evans). Pues van a tener que contratar mimos para que las palomas se posen en algún sitio. La historia empieza donde dicen ellos, como el destripaterrones que señala el inicio de una linde (la historia cabe en un rap de Pablo), y no van a dejar ni esa estatua que había en todas las ciudades contra la que un hombre a contracorriente, revolucionario de anís, iba a dar su golpe de Estado nocturno, beodo y solitario. Todo serán estatuas de Sabina, de Ferreras, de Laclau... Sin caballo, sin fuero y sin toisón.