domingo, 14 de febrero de 2016

Córdoba, 0; R. Zaragoza, 2

 Zaragoza zaragüayo: Nieves, Rico (burgalés), González, Violeta, Molinos, Planas.
  Rubial, García Castany, Ocampos (¡uf!), Arrúa y Soto

Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Llevamos varias jornadas tontonas en las que lo más preocupante era una alarmante baja forma y la evidente pérdida de confianza en la simpleza de un sistema en el que nuestro entrenador no acababa de creer. El señor Oltra sabrá, pero teniendo en cuenta los mimbres no veo mejor opción que defender fuerte y buscar a Florín en el contraataque. No tenemos más, pero tampoco está bien que  un entrenador desprecie determinadas circunstancias, como, por ejemplo, en el día de hoy, los elementos. El aire, la lluvia racheada, el viento a favor. El Córdoba, mi equipo, se va embarullando en este 2016 por tomar un hatajo desconocido que entorpece y adocena. Por no seguir con los dos principios fundamentales que nos dieron tantos puntos y que nuestro entrenador descubrió al mes de comenzar la Liga.

        El Real Zaragoza -aquel club zaragüayo de un tal García Castany que le metió cinco o seis goles al Barça de Cruyff y el genio holandés le dio las gracias- es hoy equipillo menor que durante estas Navidades se ve que ha hecho ejercicios espirituales y se ha dado cuenta de que con la historia que otros escribieron no se consigue nada. El entrenador Carreras ha convencido a sus jugadores de su humildad y limitaciones y les ha preparado un plan a seguir con el que poco a poco van prosperando. Para ello ha puesto a Erik Morán -un chico de los que el Athletic fogueó en Leganés-  como ese mediocentro faro y guía que suelen modelar los técnicos del Barça; al pequeño delantero canario Ángel que se formara en La Fábrica molestando hasta el desfallecimiento y al extremo  Hinestroza, ¿por qué lo deja suelto el Getafe y por qué no juega siempre?, volviendo loco a todo aquél que se le ponga por delante.

     En realidad, el partido se lo ha puesto muy fácil al Zaragoza nuestro portero Razak con una de esas rarezas que suele prodigar y que ahora que los resultados no acompañan, el público ya se las afea. Balón sacado desde la esquina que traza una intencionada parábola buscando la complicidad de un viento que resulta letal para nuestro portero, que no sabe qué hacer en clima hostil. Autogol nada más empezar y 0-1. El Zaragoza ha sido mucho mejor que nosotros durante todo el partido, donde es justo destacar al centrocampista Javi Ros recién contratado del Mallorca y al canchero Culio al que el público maño estoy convencido idolatrará después de haberle recibido con los dientes afilados. Bien los centrales, sin que se note la falta del joven Vallejo, tanto el sportinguista Guitián como el uruguayo Cabrera que hace varias temporadas trajera el Atlético de Madrid. El lateral izquierdo Rico se fue de Gamonal a Zaragoza ya hace unos años a ganarse un puesto y no hay quien se lo quite y.... no hay mucho más que contar. Bueno, sí. Intento de jugar en plan tiki-taka un balón al borde del área propia. Pérdida infantil de Markovic y pim de Ros, pam de Ángel y pum de Hinestroza. O-2. Ángel marcó un tercer tanto extraordinario, que creo que fue legal, pero el linier dijo que en fuera de juego. A Eddy, un chico que a mi me da que vive de haber sido fichado por el Milán de chico, lo sacó nuestro entrenador, imagino que para pedir el balón y lo primero que hizo fue regalárselo a un delantero zaragozano para que marcara sin impedimentos. Ángel, incomprensiblemente, marró... y allí empezó el enfado del público. Lo normal.

     El Zaragoza nos ha ganado 0-2 con toda justicia. Veo a los blanquillos progresar adecuadamente, dicho en idioma logsiano y si ése Hinestroza sigue con la aplicación y el compromiso que ha demostrado hoy, estoy convencido de ser capaz de resolver muchos de los partidos que quedan.