A Antonio Elorza, refundador del PSOE
LA CAL VIVA
La cal viva de la poesía de Alberti es fogoso afán depurador: pulcro, genuinamente andaluz.
El muro blanco de cal viva: andaluz, italiano. El muro en que apoya su fervor -su temor, divino estremecimiento- el santo de Fray Angélico, antes de írsele al cielo. La poesía exige hasta la crueldad blanquísima de su transparencia (niebla escandinava de Bécquer, eterno hospedaje poético) quemarse en ese fuego casto, duro, amargo, de la cal viva.
EL CANTO Y LA CAL EN LA POESÍA DE RAFAEL ALBERTI / JOSÉ BERGAMÍN
Ignacio Ruiz Quintano
LA CAL VIVA
La cal viva de la poesía de Alberti es fogoso afán depurador: pulcro, genuinamente andaluz.
El muro blanco de cal viva: andaluz, italiano. El muro en que apoya su fervor -su temor, divino estremecimiento- el santo de Fray Angélico, antes de írsele al cielo. La poesía exige hasta la crueldad blanquísima de su transparencia (niebla escandinava de Bécquer, eterno hospedaje poético) quemarse en ese fuego casto, duro, amargo, de la cal viva.
EL CANTO Y LA CAL EN LA POESÍA DE RAFAEL ALBERTI / JOSÉ BERGAMÍN
Ignacio Ruiz Quintano