Francisco Javier Gómez Izquierdo
Entre la gran delincuencia europea y suramericana es admitido como dogma el prestigio italiano. “Los italianos, los italianos.... Ellos son los amos del dinero golfo...” Así hablan tanto el capo gallego como el narco colombiano.
No sé qué será de la progresista telecuatro, donde a doña Mª Antonia Iglesias la he oído decir que el maestro del niño que es agredido por el jamón de Trevélez no sabe “hacer pedagogía”, pero tengo ciertas noticias de una banda que pulula por telecinco de la que me han hablado mucho y mal unos cuantos conocidos míos que saben de lunas mediterráneas. De empresas no entiendo nada, pero al parecer los italianos han “juntao” las dos cadenas y se han hecho los amos. Personalmente me importa una higa, pero como la moda ha llegado al Califato, no puede dejar de inquietarme un poco la compra del Córdoba CF por una familia con pasado y que procede no sé si de la Umbría o la Calabria. La prensa local dice que llevó al Perugia de la Serie B hasta la conquista de la Intertoto. Lo que no dice la prensa es dónde está ahora el Perugia.
La familia Gaucci, que tal es su apellido, se hizo famosa cuando despidió a un coreano –Ahn- de su plantilla por colar un gol a Buffon que significó la eliminación de Italia en el Mundial del 2002.
-Le quitamos de la miseria en Perugia y miren cómo nos paga.
El patriarca, que se ha ido a vivir al Caribe por no gustarle el comportamiento de las autoridades italianas, tuvo un espectacular atrevimiento que le dio cierto prestigio entre los gurús del Calcio. Fichó al japonés Nakata y lo vendió a la Roma por diez veces más de lo que le costó. También contrató al hijo de Gaddaffi, y a una señorita con la pretensión de que fuera titular en los domingos de la Umbria, superando las utopías de doña Bibiana Aído.
El hijo más joven de Don Luciano Gaucci ha estado viendo estos días a los entristecidos futbolistas de Lucas Alcaraz, nadar en El Arcángel ante el Valladolid y el Depor, y por lo visto se ha convencido de que podemos subir a Primera División.
-Vengo a subir al Córdoba a 1ª.
Está el tío convencido. Acaba de hacerse cargo de un club ruinoso. Dinero no va a poner. Se hace cargo de unos 9 millones de euros que hay de deuda y al parecer todo será un glorioso caminar. Yo no veo dónde está el truco. El club no tiene patrimonio. El campo es del Ayuntamiento. Los futbolistas son mayores. No se cuida la cantera. Se deben nóminas. ¿Qué querrá ésta gente?
Si lo descubrimos, se lo contaremos.