miércoles, 3 de julio de 2024

Eurocopa. Detalle por detalle


El Sublime Puertas


Francisco Javier Gómez Izquierdo


Los entrenadores no se cansan de repetir que en campeonatos como la Eurocopa los partidos se deciden por detalles. ¿Qué es un detalle? Un detalle puede ser que Maignan, el portero de Francia, le haga un paradón al capitán de Bélgica en el minuto 82 que pudo ser el 0-1 y en el 84 el veterano Vertongen se cuele en propia meta el gol que no pudo meter Tchouameni tras tres cañonazos, ni Mbappé con otros tantos calambrazos, ni Thuram en plástico testarazo. El detalle que decide el partido es la parada de Maignan. De Francia esperamos todos más lucidez en su juego y que no siga pasando por jerarquía  y por detalles como el del minuto 82.


El detalle en el Portugal-Eslovenia no lo ve servidor en el penalti fallado por Cristiano al final de la primera parte de la prórroga. El detalle está en el tremendo error de Pepe (¿a qué tanto incienso periodístico por un central que no está para echar carreras?) corregido por Diogo Costa ante un Sesko que tuvo el gol de la clasificación eslovena al final de la prórroga. Luego,el portero portugués detuvo los tres penaltis  de la serie, que son tres detallazos, pero el detalle clave saltó en el minuto 115 cuando el cancerbero del Oporto copió a los porteros del noble deporte del balonmano.


En el Rumanía -Holanda el detalle insospechado es que los rumanos fueran primeros en el grupo E y los neerlandeses terceros en el grupo D. La diferencia de calidad ya la señalamos aquí. Es posible que uno tenga inclinación por Holanda por tanto como me ha hecho disfrutar desde mi tierna infancia. Ahora no son ni parecidos a aquellos Rep, Cruyff, Neeskens, Rensenbrink setenteros, ni a los Gullit, Van Basten, Rijkaard, los Koeman... que por fin campeonaron en el 88, pero al camino de su cuadro le han espantado las fieras y me ha dado la impresión de que hay jugadores que han crecido mucho; a saber, los dos mediocentros: Schouten y sobre todo Reijnders; el extremo Malen que tan mal empezó pero se nota que le gusta a Koeman y, ¡cómo no!, Gakpo, el delantero que más se está haciendo respetar.


Por último, el Turquía- Austria nos deja dos detalles cruciales.  El primero en el minuto uno, cuando en  córner sacado por Arda Guler pilla a la defensa austriaca sin lavarse las legañas y de la consiguiente caraja, Demiral pone el 1-0.  El segundo detalle en el último minuto cuando Baumgartner, el mejor jugador austriaco, cabeceó un balón con un 99% de posibilidades de que fuera gol a ojos de todos los espectadores, pero apareció Günokel portero turco en felino detalle, para maravillar con el 1% salvador que coloca  a Montella frente Koeman en cuartos.  Yo veo más valiente al holandés que al italiano.

La idea




Ignacio Ruiz Quintano
Abc


Desde el principio el 155 no fue sino un show (lo jurídico era el 116) para enfriar a los de la bandera en el balcón.


La idea del Consenso sigue siendo, para entendernos, que Cataluña sea a España lo que Cuba a Venezuela, un “chulaje” con pasillo madridista (el Barça, más que un pasillo, hace un “calvo”), según lo pactado en la San Sebastián del 30 y en La Moncloa del 78.


En París me siento parisino de nacionalidad española, pero en Barcelona me siento barcelonés con un exacerbado sentimiento antimadrileño y antimadridista –dice el lúser de moda en España, Manolo Valls, el niño pijo del pintor, por cierto, más envidiado por Tàpies.


Valls es un charletas al que nadie escucha en Francia (¡hizo gigante a Macron!), y viene a España a comerle la oreja, en collera con el novio de Isabel Preysler, que está estudiando la Revolución francesa, al primer cateto que pasa. Lo hace con el 155, del que nada sabe.

Nadie pide a Valls que hable de “nación política”, “sujeto constituyente” y demás conceptos que él no domina y que el español ignora, pero podría ser útil hablando a los menos espabilados, como Rivera, del artículo 89 de la Constitución francesa, copiada (mal) de la americana por De Gaulle:

No podrá iniciarse ni proseguirse ningún procedimiento de reforma mientras sufra menoscabo la integridad del territorio. No podrá la forma republicana de gobierno ser objeto de reforma.

Pero aquí, el Consenso, antidemocrático por definición, metió en la melodía de la unidad nacional los coros y danzas del separatismo (¡el troyano que se come como un Pac-Man al sujeto constituyente!), aberración que los consensitos llaman ahora “federalismo”, tratando de hacer de España (hoy, por el sistema autonómico del 78, una voluntad de separación entre unidos) otra América del Norte (desde hace dos siglos y medio, por la Constitución del 87, una voluntad de unión entre separados).

La democracia es coser heridas –musita Iceta, Bibendum del Consenso, que va de sastrecillo valiente. 


Diciembre, 2017

Miércoles, 3 de Julio

 


Burgos petrina

martes, 2 de julio de 2024

Las dos realidades


Eric Voegelin


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Para entender la política manicomial que padecemos en Occidente, el alemán Eric Voegelin promocionó en los 30 el término “pneumopatología”, acuñado por Schelling, para designar las enfermedades espirituales de naturaleza pneumopática, no psicopática: es el espíritu, no el alma el que enferma.


El mundo occidental atraviesa un proceso de descomposición cuya causa es la secularización del espíritu –dirá Voegelin, que no cree que pueda combatirse una fuerza satánica (que haberla, háyla, y nos lleva a la guerra) sólo con moralidad y humanidad, “pues lo satánico no es sin más lo moralmente negativo, lo repulsivo, sino una fuerza y, ciertamente, una fuerza con un gran poder de atracción”.


Décadas más tarde, el polaco Andrzej Lobaczewski tomó de un científico húngaro el término “patocracia” para designar la “ponerología política” (estudio del mal) en el sistema soviético, en seguida copiado (¡y perfeccionado!) por las oligarquías liberales de Occidente, como avisó (“la UE es la nueva URSS, un monstruo que debe ser destruido antes de que se consolide como un Estado totalitario”) Vladimir Bukowski, sin el éxito de Catón con Cartago.


Lo que viene, viene, y cuando llegue, nos encontrará a la altura de las circunstancias –resume Thomas Mann este cruzarse de brazos ante lo inexorable.


No fue Hitler, sino la corrupción generalizada de la sociedad (moral, intelectual y espiritual) la que determinó el fin de Weimar. Las iglesias, que estaban obligadas a defender la dignidad humana, padecían la misma corrupción que la sociedad: también ellas habían perdido el contacto con la realidad.


De una sociedad corrupta, dice Voegelin, no puede brotar ninguna elite (“no nos interesa la realidad, tenemos otros valores”) capaz de preservar el orden.


La “pneumopatología” conlleva la pérdida de la primera realidad (la real) para situarnos en la segunda realidad (la imaginaria), realidad paralela creada por la ideología, donde hoy nos tienen viviendo a todos.


La segunda realidad es una construcción que nace del deseo del “más allá” en esta vida. El rechazo de percibir lo real no es resultado de la ignorancia, sino fruto de la voluntad deliberada de no comprender. Cuando se toma conciencia de que las fantasías son irrealizables, surgen los arrebatos de ira.


En “Hitler y los alemanes”, Voegelin niega el carácter “inhumano” del Führer; era, dice, absolutamente humano, aunque su humanidad estaba enferma o perturbada por una “pneumopatología” que hace que la imagen falsa de la realidad sustituya a la auténtica realidad. Surge así el conflicto entre las dos realidades, reflejado en la construcción de sistemas forzosamente falsos, pues ningún sistema puede representar la realidad, lo cual obliga al engaño. ¡La voluntad de engañar! El resultado del conflicto no es la estafa, sino la mentira, con el fin de hacer pasar la segunda realidad por la primera.


De ahí que en el corrupto Estado de Partidos todo sea mentira menos lo malo.


[Martes, 25 de Junio] 

Martes, 2 de Julio

 



Kokoroko

lunes, 1 de julio de 2024

Fútbol. Euforia


Agujeros en la Roca


Francisco Javier Gómez Izquierdo


   El 4-1 suena a contundente e incontestable, pero creo como eterno pesimista que es uno, que España corre muchos riesgos a pesar de la valentía y lo pinturero del sistema. De la Fuente sale a ganar mandado y es decisión que nos pone el cuerpo jotero. "Que se preocupen ellos" parece decir Don Luis a lo Cruyff, pero sin el desparpajo holandés. Ellos, incluso los de limitadas calidades técnicas, saben que un error de Rodri, ni siquiera un error, un resbalón traidor, puede darles un golito. Saben que tras un robo de balón a ese medio que en realidad es un delantero camuflado (Pedri), el ladrón debe lanzarlo al galgo corredor dispuesto por su entrenador en los lados del prado sin guarda porque los laterales trabajan como interiores y pasan más tiempo luciendo guapura en el escaparate que vigilando la puerta del negocio.


  Me he pasado una temporada poniendo pegas a tan ofensivo sistema, pero ¡oiga! al final el mister Iván Ania se ha salido con la suya y nos ha subido al Córdoba. ¡Ojalá don Luis entierre con resultados las razones de, no los críticos, sino de los medrosos y pusilánimes que es como voy a ser bautizado como siga con mi "machacandeo".


 El pase a cuartos de España era más que obligatorio. También el de Alemania, aunque el gol anulado al lento Andersen con 0-0, no entiendo cómo lo comprenden y explican los que dicen saber y tanto hablan. Eso es gol. El fuera de juego milimétrico no lo contempla el reglamento del fútbol que además no se redactó para convertirlo en televisero. Si el VAR es tan tiquismiquis, que dé corner o lo quite cuando yerra el árbitro que es cosa que ocurre a menudo y puede legalizar goles mucho más fraudulentos.


   Eslovaquia, para servidor, ha sido la selección de mejor presencia táctica. Discretos peloteros, pero fenomenal entrenador este Calzone al que Bellingham, que está bendecido, le arrebató por sorpresa lo que había merecido. Soutghate se ha librado de un KO sonoro pero la suerte en los cruces y las riñas periodísticas le van empujando a la final.


  Decepción tremenda con Italia, que pierde como equipo menor. Cae sin enfadarse, sin morder, sin juntar los dedos protestones ante el árbitro. Bien Suiza. Se vale de gente mayor que se mueve con inteligencia: Xhaka, Scharr, Sommer, Freuler... pero con cierta pitoseria que contagian tal que Embolo y sobre todo Vargas, dos tíos capaces de liarla a la sombra de un cardo y luego a ver cómo remontas ante gente de tanto oficio.


   Espera un Alemania -España que conforme al sentir general puede ser "el partido".  Que sea para bien.

Tartufo enmascarado



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


La Eurocopa resulta, de momento, un muermo porque, de entrada, las selecciones, hoy, son muy inferiores a los clubes, y luego porque se trata de una competición entre naciones, actualmente condenadas a su disolución por imperativo de la política imperial. Ver en estos tiempos en Alemania un partido de fútbol entre selecciones nacionales es como ver en Las Ventas una corrida de toros con figuras, en la que el toro de lidia ha sido sustituido por un buey de labor ante el que esas figuras ejecutan su repertorio de posturas de billar que un público atontado toma por arte. Dicen que en Alemania, precisamente, la España de la amnistía, con Morata de estrella, va como un tiro, y eso que todavía no ha debutado Joselu.


Cómo será el espectáculo (los comentaristas de la TV pública no ayudan con sus chistes de Arévalo), para que la comidilla más relevante del evento sea la máscara de Mbappé, que se rompió la nariz al estilo de un antiguo delantero centro inglés. Si estás en un bar sentado ante el televisor y te aborda un turista y te pregunta en qué debe fijarse, sólo tienes que decirle que lo más, lo más, lo más de la Eurocopa es el de la máscara, y que lo siga sin perderlo de vista.


Nuestro Santayana decía que todo el que esté seguro de su pensamiento u orgulloso de su oficio o preocupado por su deber adopta una máscara trágica, como la de Mbappé, que calza, de paso, el coturno de la deliberación, que decían los clásicos. A Mbappé le han puesto de chupa de dómine por pedir desde la concentración del equipo de Francia el voto contra los extremos, es decir, el voto para Macron, su protector. ¡Mbappé, centrista liberalio! “¡Un millonario diciendo a los pobres cómo deben votar!” “¡Va a vivir en La Finca y pide el voto de la “Banlieue” para Macron!” Etcétera.


Esto es ignorar que son los millonarios, no los pobres, los que invitan a votar, razón por la cual los pobres, siendo mayoría, nunca han ganado una votación. El centrismo de Macron tiene a Mbappé como el centrismo de Suárez tuvo a Bárbara Rey, circunstancia que no sé yo si hace de Mbappé un Tartufo, y encima enmascarado.


A cada época, tiene dicho Muray, le corresponde su Tartufo. Muray veía al Tartufo contemporáneo crecido y adornado, fundando oenegés y votando centrismo de la tercera vía. Va de lírico tísico como en los 60 iba de estalinista-lamartiniano lánguido.


Un “falsificador de devociones” (Molière), su “vana ostentación de buenas obras” (Molière otra vez) no le impide, más bien al contrario, “cometer las malas” (Molière también). Partidario del Nuevo Orden americano. Porque, de la misma forma que no había más qu un solo Dios, no debe haber ya, a medio plazo, más que una sola forma de sociedad. La Ciudad del Bien sucede a la “Civitas Dei”.


El portero español Unai Simón opina que los futbolistas sólo deben opinar de fútbol (¡la gremialización de la opinión!: “Haga como yo, no se meta en política”), pero Mbappé está en su perfecto derecho a pedir el voto para Macron (otra cosa, más fea, es que lo haga con la camiseta nacional de Francia y su gallo “Ko-ko-ro-ko”). Sabemos, en fin, qué piensa Mbappé del macronismo, pero ignoramos qué piensa Simón del oteguismo.


Ocurre que en la vida, cuando la libertad de pensamiento entra por la puerta, la libertad de expresión sale corriendo por la ventana, y no conviene darle vueltas. Los partidarios de Macron (el tipo, a todo esto, que más ha hecho por demorar la llegada del astro francés al Real Madrid) pueden solazarse con los elogios de Mbappé, y los detractores de Macron pueden solazarse con los dicterios de Meloni a raíz de que el francés llamara “vomitivos” a los italianos. La italiana llamó “cínicos” a los franceses y apuntó una solución para la inmigración que siempre pasan por alto los centristas liberalios: en vez de traer africanos a Europa, impedir que a África vayan europeos colonialistas como Macron a explotar las riquezas de aquel continente. ¿Continuará la controversia en España?

 

En tiempos de don Santiago Bernabéu, diríamos que no. Breitner vino a Madrid con el librillo rojo de Mao, entre cuyas hojas llevaba algún donativo para los obreros de la Standard que estaban en huelga, y Bernabéu, enemigo de las poses, cortó el rollo maoísta de Breitner como antes había cortado la melenona rubia de Netzer. Al cabo de los años, por cierto, el más cabestro en la celebración de los goles del Bayern en el Bernabéu ha sido Breitner, señal de que nunca fue madridista.


Con la ilusión de ver al Real Madrid 24-25, la Eurocopa se nos va a hacer eterna. El perro Steph Furry, heredero en las labores de vidente del pulpo Paul, predice el triunfo final del Combinado Federalizante de De la Fuente, que ha mejorado a todos sus futbolistas, y eso lo hace ser mejor entrenador que los nefastos Gareth Southgate y Didier Deschamps, que los han empeorado a todos. El pulpo predijo el triunfo de España en el Mundial de Suráfrica y el perro predice el triunfo de España en la Eurocopa de Alemania, a cuya selección  superará en cuartos, antes de despachar a la República Checa en semifinales y a Portugal en la final. Otro subidón para las terracitas madrileñas.


[Sábado, 22 de Junio]

Lunes, 1 de Julio

 


Latinidad