lunes, 25 de marzo de 2024

Otro día en el Foreing Office



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Con todos los buhoneros fifos y uefos vendiendo ligas que pongan puertas al campo de la Superliga que viene, la normalidad nos devuelve al país que entre todos nos hemos dado: cánticos de “Vinicius, muérete” en Montjuic para recibir al Nápoles y cánticos de “Vinicius, chimpancé” en los aledaños del Metropolitano para recibir al Inter. El antimadridismo hispánico unido por la música y la lírica del eurovisivo país de “¡Zorra!”, el poema más del gusto del jefe de la patocracia, en cuyos medios ha tenido más cobertura el empujón de Vinicius a Mingueza que el tiro en la cara de Vidal-Quadras.


Ley y orden –pide por radio un señorín, Iturralde, que celebra que Bellingham esté en la grada por decir “es un jodido gol” ante los castos oídos de un caballero de Don Benito que odia por igual el fútbol, en vista del daño que con total impunidad le ha hecho, y el inglés, por complejo, en vista de que “fucking” le suena a “mecagüensós” (“¡Kabenzotz!”, en la neolengua de los iturraldes).


¿Cómo puede ser internacional un árbitro que oye “fucking” y entiende “mecagüensós” para expulsar a la estrella de la competición? 


Los iturraldes son la cacofonía arbitral del Relato, por el cual se entiende que la petición de “ley y orden” afecta sólo al Real Madrid, expedientado federativamente por unos videos arbitrales de su canal de TV a los que, por cierto, les sería aplicable la doctrina de la fiscalía madrileña sobre los gritos racistas contra Vinicius (“duran poco y se producen en contexto de rivalidad”). La jerga arbitral del Relato nos enriquece con conceptos que volverían loco a Lázaro Carreter: “penaltis interpretativos” del Barcelona, “goles vergonzosos” del Madrid, “fueras de juego psicológicos” del Atlético…


La obsesión de Napoleón por el orden público (obediencia a las leyes) mató en Francia la pasión por el espíritu público (amor por la patria). La obsesión arbitral por el orden disciplinario del CTA (obediencia a su pito) está matando en España la afición al espíritu del fútbol (amor al juego).


Tres marcas asociadas al éxito universal impiden hoy al españolejo común su autoaceptación en el mundo: Zara, Mercadona y Real Madrid. El fútbol nacional expedienta a los de los videos, pero no a los de los negreiras. “Ley y orden” como caricatura de autoridad con el Madrid, que podría llevar al apercibimiento de su jugador Vinicius en calidad de “provocador”, sólo por el hecho de existir, de los cánticos en su contra en las visitas del Nápoles al Barcelona y del Inter al Atlético, que habrán pillado a Ceferino echando la siesta.


Penalti interpretativo de Cubarsí a Oshimen –dicta el Relato.


Acabaremos viendo a Oshimen vagando por las calles de Nápoles con “El relicario” de Sara Montiel en la boca: “Pisa morena / pisa con garbo / que un relicario / que un relicario me voy hacer / con el trocito de mi capote / que haya pisado / que haya pisado tan lindo pie.”


El Combinado Autonómico (en breve, Combinado Asimétrico Federal) viene a ser como el Foreign and Commonwealth Office de lo culé, con Luque de canciller y De la Fuente de jefe de ovaciones. Cualquier niño de ese San Ildefonso del fútbol que es La Masía que figure en una alineación del primer equipo del Barcelona pasa automáticamente a ser convocado, con la fanfarria mediática del Relato a toda máquina, por el Combinado Autonómico, detalle burocrático que dispara su precio en el mercado. El último caso, el de Cubarsí, un central que quita el hipo a los analistas de reconocido prestigio, para quienes Cubarsí apunta a Beckembauer del nuevo siglo, como en su momento Eric García (¡había que oír a Petón!), el Manolo Escobar que se mofaba de Vinicius en el campo y que ahora vive de sacar el balón en un equipo de la Costa Brava.


La hoguera, decía Krahe, tiene algo que sólo lo tiene la hoguera, y un central culé tiene algo que sólo lo tiene un central culé. ¿Recuerdan ustedes a Oleguer (“Ulagá”, pronunciaban los radiofonistas y los locutores de TV, que hablan contándote lo que tú ves, como si fueran radiofonistas)? Oleguer era independentista y suplicaba a Luis Aragonés, seleccionador del Combinado Autonómico, que no lo convocara, que lo ponía en un brete, pero el Sabio de Hortaleza ocupaba un cargo que lo obligaba a convocar a ese tío, pues ese tío jugaba de central en el Barcelona. ¿Y la relación comercial del central Piqué con el presidente Rubiales?


Ahora que Brahim ha tenido que alistarse con Marruecos (para vergüenza del jefe de ovaciones, De la Fuente, que tuvo el cinismo de decir que a él no le echa un pulso nadie), repasemos la lista de promesas de genio culés, que parece el Arco de Triunfo en París: Ansu, Riki, Balde, Ilaix, Lamine, Fermín, Cubarsí… y lo que quieran, pues “lo hacen que te cagas”.


Isaac Cuenca no gustará mucho a las chicas, pero lo hace que te cagas –dijo en su día el mito de Sampedor.


Mentalmente, todos estamos ya en la temporada que viene, de confirmarse el Madrid de play-station que nos tienen prometido, pero primero hay que terminar ésta, con la pesadez de la liga española y el cruce “Groundhog Day” en Champions con el City, que no tiene mala pinta (si Ancelotti no pierde el oremus, como hace un año), aunque las bicocas eran Barcelona y Atlético, que Diosito seguramente nos reserve para la Final.



Luis y Oleguer