viernes, 22 de marzo de 2024

La Dominicana y la Demanda


Laguna Negra. Sierra de la Demanda

 

 

Taino Bay. Puerto Plata

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

       
         A mediados de los 50 y a propósito de un extraño convenio entre el Jefe del Estado Español, Francisco Franco, y el presidente de la República Dominicana, Leónidas Trujillo, en el que se mezclaba la necesidad de aligerar hambrunas en España y potenciar la agricultura además del propósito inconfesable trujillista de blanquear la raza en la Dominicana, de la parte de la Demanda emigraron unos cientos a aquellas tierras. Muchos alcanzaron prosperidad y en los últimos años de nuestra madre, contaba que ella tuvo le oportunidad de irse con un pretendiente convertido en moderno indiano de los que traían los "haigas" ("...el coche más grande y mejor que "haiga", era el que compraban). Corre una leyenda no tan apócrifa que dice que uno de estos nuevos dominicanos asfaltó la carretera de Castrillo a Moncalvillo para presumir de "haiga". Es cosa cierta que vendió muchos Casos durante muchos días unos asesinatos a tiros en los Vados, donde Chillida tenía su molino, entre unos cuñados por asuntos de haciendas en la Isla. Si se buscan por el internet,  aquellos crímenes se encuentran contados por Margarita Landi, la burgalesa que fumaba en pipa y viajaba en descapotable.


     En la plaza Vega de Burgos, nudo de caminos en el que tenían asiento varias fondas y posadas, un palaciego puso un llamativo bar-restaurante conocido por todos como el de "las negritas" en la esquina que tiene el arco de Santamaría nada más cruzar la carretera que lleva a Valladolid. Hoy es un modesto hotelito con nombre muy pretencioso. Servidor mismo, intentó enseñar a bailar el pasodoble en unas cuantas verbenas veraniegas -año 77 o 78- a una moza mulata descendiente de algún quinto de mis padres. Trujillo daba 250 pesos y pagaba el ajuar de la boda al soltero que se casara con nativa.
     Pongo esto porque me llama la atención que a Don Rubiales le pille el guirigay de la Federación en la Dominicana, donde además dice la prensa que acuden frecuentemente los avioneros que llevaron el Salamanca con los que andaba por medio uno que estuvo a punto de comprar el Córdoba al que le chiflan los corretajes y las relaciones. Se ve que la Dominicana vuelve a ser tierra de promisión, cosa que no debe sorprenderme, pues ya me habló Aurelio en la parte de Hacinas hace unos veranos de unas urbanizaciones de los nietos de su pariente en lo mejor de Puerto Plata creo, y hasta un sicario colombiano me aseguró que el mejor lugar para vivir si se tiene dinero, es la República Dominicana. Buena vida a la que creo, algo han contribuido los serranos de mi Demanda.