Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La gracia de esta Liga ya no está en saber quién la ganará, que, si miramos el juego, tampoco parece que importe a nadie, sino en explicar a Vinicius, que es toda la Liga, en contra de las previsiones del “mainstream”, que sigue emperrado en qué bueno es Busquets y en cuánto futuro tiene Ansu Fati, mientras Luis Enrique, el triunviro de la elegancia futbolera (con Rubiales y Molina), asciende a categoría internacional a la membresía de la Masía, que hasta Jimmy Jump podría ir convocado al Mundial del país de Xavi.
El caso es que a Vinicius sólo lo explica la literatura, y en ningún caso la trigonometría. Nicolás Guillén, y en ningún caso Álvaro Benito. En el Clásico, un cabestro corrió por la grada del Campo Nuevo para espetarle a Vinicius un insulto racista; Vinicius se lo afeó con el dedo; pero en TV eliminaron al cabestro, quedando Vinicius colgado de su dedo para que los sacamuelas de guardia ejercieran su oficio.
–Así, no, Vinicius.
Son los sacamuelas del bloque alto, bloque medio, bloque bajo, sinergia de Alba, ventana de pase, Menphis percute, Joselu talona y “Kun se retira mareado por su propio pie”…
Ante el televisor se sienta (y se siente) uno como el Buscón cuando, de lejos, vio una mula suelta y un hombre junto a ella a pie, que mirando a un libro hacía unas rayas que medía con un compás.
–Preguntóme –dice Pablos– si iba a Madrid por línea recta o si iba por camino circunflejo. Yo, aunque no lo entendí, le dije que circunflejo. Preguntóme cuya era la espada que llevaba al lado. Respondíle que mía, y mirándola, dijo: “Esos gavilanes habían de ser más largos, para reparar los tajos que se forman sobre el centro de las estocadas”.
¿Es posible que hubiera matemática en eso? “No solamente matemática –contestó–, mas teología, filosofía, música y medicina”. En estas pláticas llegaron a Rejas. Apeáronse en una posada y al apearse el encantador advirtió a Pablos con grandes voces que hiciese un ángulo obtuso con las piernas, y que reduciéndolas a líneas paralelas se pusiese perpendicular en el suelo. El huésped, que le vio reír a Pablos, preguntóle que si era indio aquel caballero, que hablaba de aquella suerte. Hoy sería comentarista del fútbol trigonométrico que despachan las televisoras del monopolio donde riñen a Vinicius por sacar el dedo cuando lo insultan.
Como dijimos de Drogba (otro “liberado” de Ancelotti) cuando ganó la orejona con el Chelsea, Vinicius debería jugar con zapatos de charol, y sus goles merecen ser cantados, no por Benito, que sólo repara en la “superficie de contacto”, sino por Guillén: “Tus guantes / puestos en la punta de tu cuerpo de ardilla, / y el punch de tu sonrisa…”
El sóngoro cosongo de Guillén, y no la trigonometría de vaca Clarabella de la TV, “porque el training es duro y el músculo traidor, / y hay que estar hecho un toro, / como dices alegremente, para que el golpe duela más…”
El sóngoro cosongo de Cocteau explicando a Panamá Al Brown como a uno de esos seres que pertenecen al pueblo y que resumen en ellos sus confusas búsquedas, sus secretos deseos de vencer.
Rindámonos a Ancelotti, que lo ha sabido lucir. No se nos olvida que a Vinicius lo hizo debutar Lopetegui… ¡en un descuento!, como enseñaría un descuidero un reloj recién robado. Zidane lo crucificó colocándolo de lateral derecho, como un Lucas Vázquez cualquiera.
Vinicius es alegría, y alegría es, palabra de Hobbes, aceleración del pulso. Correr la banda pudo hacerlo Gento, pero correr la banda bailando es cosa de Vinicius. Si será distinto Vinicius (¡el hecho diferencial que es el paño catalán!) que en Barcelona andan vendiendo que Vinicius era culé.
Dese prisa Vinicius en triunfar porque, procedente de Catar, llega Xavi a la ciudad. ¿Quién es Xavi? Un español de Tarrasa, un ex cerebro de España. (“Ex cervell d’Espanya”). El que la toca (tocar, no jugar). ¿Fútbol y cerebro? Santayana, para entender la relación, hubo de recurrir a William James, para quien el cerebro humano posee “una organización como de pelos de punta”. Equilicuá. Los pelos de punta son el icono xaviano para la generación de españoles educada en el tocamiento culé.
–En el Barça entendemos el fútbol como espacio-tiempo. ¿Quién lo domina? Busquets –resumió Xavi en Twitter.
Con Busquets en el espacio-tiempo del “fúpbol” culé, ¿quién va a mirar a Vinicius correr sonriendo por la banda izquierda? Quienes se privan de la alegría, difícilmente pueden deseársela a los demás.
KOEMAN QUIERE COBRAR
A Koeman, el buque-insignia del “dream team” de Cruyff, lo despidió Laporta en el puente aéreo Madrid-Barcelona, y que Koeman aspire ahora a cobrar su contrato parece a los culés una grosería madridista casi a la altura de la de Rafael Nadal prestando su apoyo a la candidatura de Benzemá al Balón de Oro, cuando en esa carrera los “influencers” catalanes han conseguido colocar a Pedri, el nuevo fenómeno del pase atrás, que nos dejó el monumento del gol a Unai Simón en la Eurocopa. “Quousque tandem abutere, Ronald, patientia nostra?” (“Fins quan abusaràs de la nostra paciència, Ronald?”
[Lunes, 1 de Noviembre]