Bertrand Barère de Vieuzac,
el Anacreonte de la Guillotina
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La traición, que en España constituye hoy virtud social (claro que –por falta de novelistas– sin el glamour proustiano de “En busca del tiempo perdido”), es siempre cuestión de fechas, y socialistas y comunistas manejan el calendario (Casado sólo sería un pobre brahmán que tiene compasión por el tigre que lo devora).
–La necesidad verdadera de una revolución se manifiesta cuando se ve por un lado la sociedad y por otro el gobierno –decía nuestro liberalón (que no liberalio) Alcalá Galiano.
Hoy resulta que los dos traidorazos a la causa de la ruptura democrática en el 76, concertados “en un sindicato de poder, previa renegación de sus, hasta el día anterior, antagónicos ideales”, juegan a romper la baraja por las “inercias franquistas” (¡el futuro creando el pasado!), dice Bolaños, un doble de Buenafuente que funge de Roy Cohn de Aluche porque sacó (¡en España!) unas oposiciones.
Para taparse el azul del uniforme, los franquistas regalaron la legitimidad a los comunistas, que ahora (“de la ley a la ley”) se toman por su mano la legalidad, como lo previó Schmitt leyendo a Carrillo: en su momento, que es éste, “la revolución legal se hace permanente, y la revolución estatal permanente se hace legal”.
Quien mejor retrató a estos traidorazos fue el coordinador de la Junta Democrática, que los padeció, y que vio en el espectáculo español a la muerte de Franco el espectáculo francés a la caída de Robespierre: el primer impulso del ejecutivo es continuar el robespierrismo (Arias) sin Robespierre; atropellados por la alegría popular, tras un intento de apertura de Barère (Fraga), proponen un pacto de reconciliación nacional entre represores y reprimidos (reparto de botín, ley electoral apañada), y Boissy d’Anglas (Suárez) presenta una Constitución por consenso (del poder y las finanzas); este Estado, sin división de poderes, es gobernado por Barras (Gonzalón) como botín de una clase gobernante (sindicato de profesionales del poder)… a perpetuidad. Qué desfachatez.
[Sábado, 20 de Noviembre]