lunes, 29 de noviembre de 2021

Pablo Villa, un indignado con causa

 

 
 Pablo Villa de negro con Emery en el Sevilla
 

El Gladiador


Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Al primero que le salió del alma cantarle a Xavi el abuso arbitral contra el Villarreal en particular y a favor del Barça en general fue a Pablo Villanueva Fernández, "Villa". En Córdoba "el Gladiador". No sé ahora, pero Pablo Villa siempre se ha considerado un obrero del balón y con la sinceridad y bondad que le caracterizaba le escuché decir que estaba obligado a sufrir dolores en su maltrecha rodilla por necesidad. Por llevar los garbanzos a casa. No he conocido nunca que la esposa de un futbolista se apunte al autobús de la afición para ver a su marido jugar. Tal situación la vivió un servidor en un viaje a Huelva en un fútbol menesteroso.


   En Córdoba no hemos visto rendirse jamás a Pablo Villa, ni ahorrar esfuerzos, ni amilanarse ante peloteros pintureros. Villa no era un dechado de calidad y a veces fallaba balones fáciles, pero jamás fue abucheado o cuestionado por el cordobesismo, orgulloso de un tipo que lo daba todo. Creo que nadie ha recibido más ovaciones en El Arcángel que Pablo Villa.
    

Pablo Villa se hizo entrenador y ascendió al Córdoba B de 3ª a 2ªB. Fue llamado al primer equipo para sustituir al peor entrenador que servidor ha conocido y como todo se hizo mal desde el principio, al bueno de Pablo lo despidieron con el equipo en mitad de la tabla. Unay Emery, al que le gusta la fidelidad de los pocos buenos amigos, lo tiene en su "staff" y se lo ha llevado allá por donde ha entrenado. Me he alegrado de corazón cuando lo veía en el banquillo del PSG, Arsenal, Sevilla y ahora Villarreal porque me consta lo que ha padecido y luchado en el fútbol de los pobres. Los locutores nombran a Idiákez como segundo de Unay, pero servidor se fija en Pablo Villa y su cara concentrada cuando enfocan el banquillo.
      

Pitó el final Soto Grado y las cámaras buscaron a un Xavi que estaba diciendo no con el dedo a nuestro Villa y le soltaba una lección magistral sobre cómo ha de entenderse la función del VAR en el fútbol moderno. "El VAR debe intervenir cuando nosotros entendamos que es justo y necesario" diría Xavi o cosa parecida. Al poco llegaron Idiákez y los demás a decirle lo mismo que Villa y a todos parecía soltarles el mismo discurso ventajista que usan los bendecidos por las instituciones... diciendo "no" con su dedo neroniano.
     

No es cosa de insistir sobre la desgracia que a mi parecer ha llegado al fútbol con el VAR, pero creo que las inclinaciones de los árbitros van donde han ido siempre. Antes y después del VAR. Con los dos grandes. Antes el árbitro se equivocaba y ahí tenía su defensa: el error humano. Ahora los árbitros deciden como si tuvieran ataques de enajenación mental o lo que sería imperdonable tomando decisiones injustas a sabiendas. Se admite que el señor Soto Grado no viera la mano de Piqué. En el fútbol antiguo, otro penalty al limbo. Al fútbol de las televisiones el VAR vino para chivar al colegiado lo que no ve y el sábado Don Soto Grado, como ayer Don Sánchez Martínez, debieron ser llamados por los "manejantes" del VAR, conforme dicen los que saben que también dicen que en lo de Piqué o Alaba no tiene por qué entrar el VAR.
    

Ni me he enterado, ni creo vaya a enterarme nunca del asunto. Xavi lo explica y lo explicará de continuo con mucho conocimiento.