lunes, 14 de octubre de 2013

Ni sin toro, coño

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El Juli, todo naturalidad, practicando los cánones de su tauromaquia de Buzz Lightyear.
 Ni de salón, coño. Como dice el bombero, paralelo, paralelo.

J. R. M.

Aquel muletazo para la posteridad
 
Inconvenientes de la naturalidad juliana

El natural en la vieja tauromaquia

Los tres momentos de un pase natural, descritos por don Gregorio Corrochano:

Primero: colocación en la cara del toro; la muleta un poco caída en disposición de adelantarla y citar; el estoque apoyado en la cadera derecha y cruzado por detrás, lo más lejos de la muleta.  Segundo: el centro del pase natural: la figura ligeramente inclinada, cargando la suerte al compás del toro, la mirada siguiendo la cabeza del toro, el estoque en su sitio, y la cola pegándole en la cintura; EN LA CINTURA, que es la que da ritmo al toreo. Tercero: el brazo estirado, en pase largo, muy largo, QUE EVITE LA ENMIENDA; el toro con el hocico en el suelo, la cabeza en la muleta, sin perderla y sin engancharla, saliendo en el remate del pase por los vuelillos de la muleta. Eso es un pase natural perfecto, y eso es torear.