sábado, 23 de junio de 2012

Víspera de San Juan

Puesta de sol en Valgrande, Chinchón

El olivo... es también, por esencia, el árbol de la humildad y de la discreción. Su verdor es apagado y desvaído; su tamaño, discreto y casi humano; su fruto, suave y untuoso, como un ministro plenipotenciario. Además, el olivo se entrega al hombre con docilidad absoluta. No se resiste la aceituna como la uva o el trigo a la tijera o a la hoz. Apenas se zamarrea el árbol, cae, fácil y pronta, sobre la tierra madre. Recogerla es tarea de mujeres.
EL OLIVARITO / JOSÉ MARÍA PEMÁN