-Ser un dios y un hombre al mismo tiempo resulta una tarea agotadora. Y
te puede costar la vida. Lo han conseguido muy pocos y casi ninguno en
vida. Mesías los hay a patadas, pero dioses revelados... caben en los
dedos de una mano. José Tomás es uno de esos que cuando lo ve la gente
les entran ganas de arrodillarse, como si en lugar de librar una
chicuelina a un milímetro de su pálido muslo, lo hubieran visto levantar
al mismísimo Lázaro... Muchos hablan de la reaparición, aunque no estaba retirado ni lesionado.
Solo ausente, instalado en ese limbo suyo en el que lee a Hegel, va a
comprar el pan a caballo o en moto...