REVISTAS DEL TOREO
-La gente se embriagaba leyendo estas exaltaciones mucho más que presenciando las faenas en la plaza, a donde, por otra parte, no todos iban. He oído decir que el hombre que más entendía de toros y toreros en Sevilla era un pobre diablo que nunca había podido asistir a una de esas fiestas.
WENCESLAO FERNÁNDEZ FLÓREZ
Ignacio Ruiz Quintano