miércoles, 16 de mayo de 2012

Entrenadores

Caparrós abraza a Sergio Ramos (el descubrimiento de su vida)
 en el pasillo al Madrid en el Bernabéu

Francisco Javier Gómez Izquierdo

La fijación periodística en los dos titanes de la Liga, Mou y Pep, ha hecho que el aficionado de provincias mire con  el entrecejo arrugado al míster de su equipo, pues la contagiosa perspectiva colocaba en la página de Deportes del Diario múltiples  ocurrencias tácticas que se sustancian en dos: doble pivote ó jugones que la muevan. 

         Dejemos a los joseses ilustres y resumamos los aciertos y disparates de los entrenadores de los 18 equipos de la “otra” liga en la que ha “campeonado” el Valencia.

      A Unai Emery nunca le tomaron en serio en Mestalla. Ni el presidente, ni los jugadores y mucho menos un público que renueva anualmente un cerrilismo que no tiene explicación. Unai, pastor de vacas en vasco, se quedó sin Mata a traición y ha tenido que soportar una plantilla anárquica , donde un jugador no sabía que tocaba jugar Copa de Europa, otro usaba pistola al cinto y el de más allá bebía a escondidas. Llegó a tanto el despropósito, que uno hasta se partió el pie conduciendo su propio coche... y luego está Albelda y los celos en banda. Es verdad que en Copa de Europa no estuvo a la altura, pero Emery es buen entrenador al que el tiempo pondrá donde debe... me da que fuera de España.

     Pellegrini superó objetivos con harto merecimiento y ha dejado jugar a un chico -Isco-  que dará mucho que hablar. Los veteranos le han salido sumisos y sólo tuvo que aplicar su discreta autoridad ante un Apoño al que lo que más le convenía era cambiar de aires y dejar las amistades. Notable alto para el chileno.

     Simeone y Caparrós son dos ciclones. Simeone ha transformado al Atleti y ha vuelto a ganar un título europeo, a pesar de la maldición de cuarenta años que susurrara Quique Flores. Caparrós es una mina portátil que revaloriza al futbolista que mira. A Caparrós le tocaba explotar este año el Athletic que construyó, pero su cheque al portador lo recogió Marcelo Bielsa, exageradamente  valorado entre sus colegas por extravagancias tales como poner a Javi Martínez tanto  de central como de lateral derecho.  Con su aire de paleto cabezota, Mendilíbar cumple tan bien o mejor que Bielsa y su Osasuna ha quedado por encima del Athletic.

     De Míchel prefiero no hablar, pues ya lo dice todo él, retratándose continuamente. Monchi, sin los sabios consejos de antaño, ficha a cualquier entrenador que sepa disfrazar su torpeza con buenos propósitos y a Nervión bajaron Marcelino y Míchel. Tal para cual. Dos entrenadores para equipos como el Recre o el Nástic.

     A Luis García, Montanier y Pochettino no se les puede pedir mas y a éste último hay que agradecerle la continua cosecha de valores que siempre aplaudimos los que vigilamos las maneras de la gente nueva. Pepe Mel se escandaliza a veces  por poca cosa, pero sabe lo que lleva entre manos y el descubrimiento de Beñat es cosa suya. Pepe Mel no está para grandes clubs, pero es de agradecer que entrene a equipos con buenas canteras. Creo que es el hombre que debió fichar el Villarreal a principios de Liga -Mel, o el Valverde que anda por Grecia-, pero el ejemplo de Guardiola, hombre de la casa, ha arrastrado al submarino al abismo de 2ª. De Lotina y su tristeza se hace demasiada leña y esta última aventura le va a alejar de contratos en 1ª. El día de la catástrofe debió dejar en el campo a Marchena, un tipo que pone lo que le falta al bueno de Lotina.  Clemente va de fracaso en fracaso y de cabezonada en cabezonada por lo que no creo que le queden muchos años de trabajo. El despropósito del Rácing, rescatando los triunviratos romanos  y bajando del autobús -literalmente- del Recre a un Álvaro sin méritos y tan triste como Lotina, no precisa mayor abundamiento.

    Sandoval y Abel Resino han estado casados con el fracaso, pero Falcao, un ángel redentor, les ha regalado prestigio y consideración entre los suyos cuando menos lo esperaban.  Aprobado a los dos.

    No me olvido de Juan Ignacio Martínez, un auténtico milagro en un Levante al que veíamos perder al comienzo de cada fin de semana: “..ya va a empezar a pinchar”. Pero el Levante ganaba. Ganó hasta al Real Madrid.  A principios de Liga, un servidor lo veía descendido, pero JIM convenció a Barquero de que era Maradona y a Ballesteros el nuevo Beckenbauer..... y ahí está: en Europa.

    Y por último, Jiménez, “..que güevos tienes Jiménez”, cantaban junto al Guadalquivir y siguen cantando en el Ebro. Puede que en la salvación del Zaragoza tengan que ver más cosas que Jiménez, pero tras el “timo” de Aguirre, el chico del Arahal ha peleado contra lo imposible... y ha podido. Junto a su profeta Caparrós y al preparador del Levante, considero que es el entrenador que más duro ha trabajado y por eso le damos una matrícula de honor.

       A Pep y Mou ya se la dan otros mucho más cualificados.