JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ
Andanada 9
Plaza de toros de Las Ventas
Alcalá 237 Madrid
Madrid, 5 de octubre de 2024.
Querido Javier:
Espero que siga avanzando de manera conveniente la recuperación de tus cornadas, fracturas y magulladuras que tanto nos han tenido preocupados por tu salud. Nosotros seguimos en Las Ventas, en esta feria de Otoño que nos han preparado, un poco huérfanos sin tus comentarios y tu desbordante afición.
Para la tarde de hoy, acaso para celebrar la festividad de San Froilán, los cerebros pensantes que rigen a su modo los destinos de nuestra plaza prepararon un mano a mano entre los dos que más huella dejaron en el pasado abono de San Isidro. ¡Qué te voy a decir que tú no sepas de Fernando Adrián y de Borja Jiménez! Ya recordarás lo mal que estuvo el primero con los de Santiago Domecq el año pasado y lo bullanguero que se puso en la Beneficencia de este año con aquél Juampedro de las dos orejas; y el segundo, que nos dejó tan encandilados y estupefactos con la verdad en el otoño del 23 frente a los de Victorino como decepcionados el pasado junio con aquél de Victoriano que era la máquina de embestir. ¿A quién se le ocurriría este mano a mano? Al parecer la justificación de este vis-a-vis era por la condición de ambos de «triunfadores del Isidro», que si hubo triunfos ya ni los recordamos, o sea que dichos triunfos no nos llegaron al alma, y más bien creemos que con lo del «mano a mano» se ahorraban a un tercero y los de Plaza1 equilibraban la balanza de pagos.
Mano a mano de toreros y también mano a mano de apoderados: Maximino vs. Julián Guerra, un welter y un peso pesado, que vendimiaron para sus pupilos un encierro de Victoriano del Río que, al final fue el gran protagonista de la tarde y el que sirvió para demostrar a quien quisiera verlo que ambos reyezuelos iban bastante desnudos, por mucha oreja y mucha puerta que tuvieran en su estadística. Los tres primeros toros tuvieron viveza, castita y emoción y aunque los tres segundos bajaron un poco el nivel, no dudes que los toros fueron los que llevaron el peso de la corrida con sus complicaciones y sus reacciones. Aunque en general no cumplieron mucho con los que van a lomos de los jacos, ahí tuvimos al sexto que acometió con ímpetu y ganas, aunque acabó siendo el de menos casta del encierro. En verdad la corrida no se comía a nadie. No vayas a pensar que don Victoriano echó unas alimañas propias de Sánchez Vara, pero dio la impresión de que los dos diestros venían más pensando en otros productos de esta casa, mismamente en el tal Dulce, número 70, del pasado junio, por lo que los mohínes y señas de identidad de los toros de esta tarde se tornaron súbitamente en cimas inalcanzables para ambos matadores, que se vieron incapaces de echar a rodar sus averiados carricoches, dando pie al mano a mano de la decepción.
Fernando Adrián se tiró la tarde hincándose de rodillas. Tres portas gayolas, no sé cuántos faroles frente al 7 y un inicio de faena fue su cosecha de lances y pases genuflexos. Borja Jiménez también dobló las suyas para un par de portas gayolas y luego anduvo a media rodilla en algunos pases más de adorno que de castigo que fueron bastante del gusto del público. El primero de Adrián se dio cuenta en seguida de que era él quien mandaba y, de una manera natural, se hizo cargo de su superioridad sobre el hombre que trataba de manera inútil de dominar o de conducir sus embestidas con su muleta ayuna de poder. A medida que el animal no recibe quebranto alguno se va a más, para desesperación del matador que era incapaz de encaminar su trasteo hacia un puerto seguro. Faena larguísima, como ahora se acostumbra y estocada caída, que en esto de las estocadas Fernando Adrián suele tener buen ojo.
Con el segundo Borja hizo lo mejor de su tarde, cuando se puso en pie tras la porta gayola y recetó unos compuestos lances a la verónica de nervio y emoción, justamente aplaudidos. Luego toreo a pies juntos, derechazos de desmayo, de esos del «borracho meando», y maneras bastante vulgares. Salvemos acaso el final de la faena con naturales de frente a pies juntos, y con esto queda relatada la actuación de Jiménez en el que mejor estuvo. Lo mismo si acierta con la espada le hubieran pedido la oreja, pero pinchó y eso enfrió los ánimos.
Con el tercero Adrián estuvo de nuevo por debajo de las posibilidades que le brindaba el toro y decidió no arriesgarse mucho quedándose todo lo fuera que su brazo le permitía. Este toro presentó un carácter más noble que los anteriores, pero algo había ahí que incomodaba al madrileño y no hubo manera de que consiguiese llevar a buen puerto las claras embestidas del animal, que fue aplaudido en el arrastre y al que despenó de una estocada.
El cuarto resultó acaso algo más complicado, o eso le debió parecer a Borja, que cosechó una buena cantidad de enganchones. Optó por las cercanías, que no sabemos si esa era la mejor opción, y se manifestó muy vulgarmente en su trasteo, sin dar la impresión de que se centraba con el toro. No hubo acuerdo y le mató tediosamente a base de varios descabellos tras pinchazo y media estocada.
Cuando salió el quinto ya nadie tenía duda de que Adrián volvería a ponerse de rodillas ante la puerta de los chiqueros, como así fue. Luego comenzó su faena en los medios también de rodillas hasta que el toro le levantó, que se ve que el animal ya estaba harto de tantos hinojos, y a partir de ahí continuaron sus confesiones en el tercio, que en esta ocasión acabaron en el puro arrimón. El toro le zarandeó sin consecuencias y lo hubiera hecho un par de veces más si le llega a dejar porque su descolocación y el hecho de llevar la muleta tan retrasada eran casi una invitación al toro a que le cogiera. Con media estocada le avió.
Lo mejor del sexto fue el tercio de varas, que daba gusto ver montar a Espartaco, su manera de dar los pechos del caballo y la hermosa forma de portar la vara y de echar el palo hacia adelante por dos veces, que ni Borja ni el Presidente quisieron que lo viéramos una tercera. Antes había habido otra porta gayola, otra más, y después otra taza de ricino taurómaco con el toro a menos y con Borja en retirada.
Como ves, querido amigo, la tarde de estos «triunfadores» no dio mucho de sí. Algo mejor Borja Jiménez que Fernando Adrián y éxito de Victoriano del Río con una corrida de toros en la que brillaron más los tres primeros, pero que mantuvo el interés de la tarde. Por lo demás, Curro Javier estuvo perfecto en la brega y cobró un gran par de mucha exposición y Tito Sandoval picó con suficiencia y honestidad al primero de Borja Jiménez. Mañana tenemos otra de Fuente Ymbro, que ya ni sé las que llevamos este año.
Recibe un fuerte abrazo de tu amigo JRM.
PD. Te mandan saludos a través de esta todos los amigos: Ricardo, Javier, Álvaro, Ramón, Fernando, Sergio, Teresa, Juan Pallette, Florencio, el otro Ricardo y los que se me olvidan. Todos hacemos votos por tu pronta recuperación y por verte de nuevo en tu Andanada, que sin tu presencia anda un poco huérfana.
ANDREW MOORE
Y desde allí te seguiré a lo largo
de otros mundos, y siquiera podrán
servirte mis nós musgosos y arrecidos,
para que en ellos poses las rodillas
en las siete caídas de esa cuesta infinita,
y así te duelan menos
Vallejo
La Muerte de rodillas mana
su sangre blanca que no es sangre.
Se huele a garantía.
Pero ya me quiero reír
Vallejo
Hoja del árbol caída en infancia
hoja caída de rodillas
en el centro de su olvido
Huidobro
Curro Javier
FIN