Ignmacio Ruiz Quintano
Abc
El viejo bipartidismo taurino de los pitos y las palmas regresa en 2023 al nuevo Bernabéu, donde todavía resuenan más, por la cubierta, que hace de caracola. Pitan los piperos y pitan… ¡a Vinicius!, llevados de sus lecturas (“As”, “Marca”…) y de sus oídas (“La Clave” de Pedrerol, que hace de Balbín). “¡Pi, pi, pi!” ¡A Vinicius! Que es que no se centra. La España de Otegui y Puigdemont sólo admite centristas a la mesa. Y todo el Fútbol Español se apunta a corregir a Vinicius… por su bien. Hasta Puyol y Quique Flores reclaman su minuto de gloria colaborando con el Rastrillo benéfico destinado a la corrección de Vinicius, quien, por cierto, sólo tiene problemas cuando juega en España.
–Parece ser que Vinicius hoy ha estado más centrado, ¿no? –pregunta a Butragueño, tras el partido con el Braga, una señora mayor que llamaba “Ficticius” al bailón brasileño.
Para saber qué es España no hay más que ver las reacciones al discurso de Flóper en la Asamblea General: la acusación general del mindundismo es que va de listo. Flóper dirige el club de fútbol más importante del mundo con unos números que parecen un anuncio de Las Vegas, y todos los demás, que viven en la ruina, le exigen que no vaya de listo y confiese ser un idiota redomado. Que pida perdón, vamos, y rece el “Yo, pecador” del idiota. Es la cultura del igualitarismo producido por el país más envidioso de la Tierra.
–¿Por qué los jaleos son con Vinicius y no con Alaba o Mendy? –es la cáscara de plátano que te tira el antimadridismo a los pies.
Porque es el mejor, como lo era Cristiano (el que sólo marcaba de penalti, te decían). Cristiano era el mejor y chulón, y Vinicius es el mejor y burlón. El periodismo de investigación captó con sus cámaras al “Calbo” del Rayo Isi corrigiendo a Vinicius, que le había hecho un birlibirloque: “Una cámara capta el reproche de Isi a Vinicius: ‘Respeta, chaval’.” Bajo semejante titular, la figura de Isi se elevaba como la de un James Madison de Cieza, la cuna de Camacho. Pero es el mismo Isi que en Vallecas, y con total impunidad arbitral, sacó del campo a collejas a Vinicius, el futbolista con mejores números de ataque en su historial de Champions, incluida La 14, esa que según Piqué nadie recuerda ya, aunque fue la edición que salvó el espectáculo de esa competición en la opinión mundial (“A thrill a minute!”). Piqué, para quien tiene que ser muy duro que la gloria del sextete corresponda a Tom Henning Ovrebo, lega a la posteridad este butifarrón de envidia igualitaria a la española:
–Cuando nosotros ganamos, somos recordados por siempre; cuando ganan ellos, es una más. La última, que fue un milagro y no la recordará nadie.
La noche del Braga el piperío ovacionó a Lucas Vázquez y pitó a Vinicius, pero Isi, en lugar de pedir respeto al piperío, se lo pidió a Vinicius. ¿Qué clase de pipa vana tiene en la cabeza alguien que sale de casa por la noche, con su bufanda y su bocata de panceta, para ir al fútbol a pitar a Vinicius? El propio pipero te lo explica:
–Es que nosotros hemos pitado a Di Stéfano.
Es decir, que pitan a todo aquello que sientan como superior. El límite de su gusto futbolístico está en Pineda e Isidro. (“Yo no era chupón; yo cogía el balón, levantaba la cabeza, veía a Pineda e Isidro, y seguía regateando”, diría Juan Gómez Juanito). Hacia arriba, a partir de ahí, pitan. Pitaron a Di Stéfano, a Juanito, a Cristiano, a Bale… y pitarán a Bellingham, que se lastimó feamente el hombro la noche del Rayo en una caída que silenció al Bernabéu como en los grandes momentos de ese estadio, incluido el gran silencio del 0-5 de Cruyff.
–Me acuerdo de aquel partido –decía años después don Santiago Bernabéu–. Recuerdo ese silencio sepulcral de los socios; nadie dijo nada, nadie chilló, nadie se quejó. Y me he preguntado muchas veces quién fue el que dijo “vamos a callarnos” y, además, le hicimos caso todos.
Su exhibición ante el Valencia reconcilió al piperío con Vinicius, pero la española es una competición que cada día importa menos y que acabarán por disputarla los suplentes de los grandes equipos. Su único aliciente, por lo visto hasta aquí, es “corregir” a Vinicius. Fuera, le pegan, y en casa lo “corrigen”. La otra anécdota de la noche del sábado fue contrastar las habilidades de Mamardashvili (en adelante, Giorgi) con las de Lunin, teniendo en cuenta que al lesionarse Courtois (en su día pitado también por los piperos) Giorgi fue uno de los elegidos para ocupar el puesto, estando en el banquillo Lunin.
Como se decía de Bartleby, el escribiente de Melville, el pipero es uno de esos seres de quien no se puede asegurar nada.
LA BROMA DE ORO
Lo ha dicho un tipo que pasa por ser la niña del ojo del Gandhi de Sampedor, Kevin de Bruyne, así que lo podrá decir: “Este premio (el Balón de Oro) se ha convertido en una broma. Filtraron el nombre del ganador una semana antes. Si el premio fuera justo, entonces Haaland lo habría ganado. Hizo todo lo que pudo haber hecho. Aun así, lo perdió. Si es por el Mundial, dénselo a Julián Alvarez que ganó la Copa y adicional el triplete con nosotros. No quiero ser parte de esta corrupción. Por eso no subí al podio del Balón de Oro”. De estos no tenemos muchos en España.
[Lunes, 13 de Noviembre]