sábado, 7 de mayo de 2022

James River Blues


Harry Croswell 

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    La ruidajera mediática de Elon Musk sobre la libertad de expresión en América (¿dónde, si no?) nos devuelve a los felices días de la ilusión, los de los Founding Fathers, cuando el periodismo (de estreno, como la nación) era pasión, “chantage” y hambre (hoy le falta la pasión).
    

Hablamos de James Callender, escocés, “traficante de escándalos”, que atacó a Washington, a Hamilton (reveló su adulterio con la señora Reynolds) y a Jefferson, su protector, a quien había hecho presidente denunciando la corrupción de Adams. Callender le pidió la dirección de Correos, Jefferson se lo negó y Callender reveló la relación del presidente –varios hijos– con su esclava Sally Hemings.
    

Callender, republicano, acabará en la cárcel por su panfleto antifederalista “The Prospect Before Us” bajo la Ley de Sedición promulgada por los federalistas para defenderse de los republicanos, contra la cual siempre estuvo Alexander Hamilton, cuya ilustración escocesa le movía a creer que sólo en un ámbito de libre intercambio de ideas puede acabar prevaleciendo la verdad.


    Jefferson, que iba a lo suyo, decidió escarmentar a la prensa con la antirrepublicana Ley de Sedición en la cabeza de Harry Croswell, editor que publicó que la difamación de Callender a Washington la había financiado Jefferson. A Croswell lo condenan con la legislación vigente, del gusto federalista, la Common Law británica, para la cual, en caso de difamación, no importa la verdad o la falsedad del escrito (libertad de prensa sólo significa ausencia de censura previa). En la Corte Suprema, la defensa de Croswell es asumida, de balde, por Hamilton, que en su brillante alegato (“nunca había oído algo tan grande”, dirá James Kent) expone su idea de que la investigación de la verdad es básica para determinar la condición injuriosa.


    –Si la libertad de prensa no sirve para la averiguación de la verdad, ¿para qué sirve?
    

Callender, citado como testigo, cayó en el viaje por la borda de un barco y se ahogó en las jeffersonianas aguas del río James.

[Sábado, 30 de Abril]