jueves, 17 de mayo de 2018

Hacia la propiedad


Hughes
Abc

Por la sagacidad de un tuitero conozco este tuit de Pablo Iglesias de enero de 2014. Sobre una mesa del tren, dos tristes paquetes de salami y pamplonés junto a otro de pan de molde y una leyenda: “Cenando… compañeros”. Ese compañero casi suena a “¿Gustáis?”. También se aprecia lo que parece ser una bolsa de patatas, digamos de guarnición. La foto es la viva imagen de lo “cutre y salchichero”, que diria Arús. La desolación de la loncha y el pan de molde seguro que emocionó a los “compañeros” de entonces. Ahí había ciertamente algo modesto. ¿Cuánto cuesta todo: patatas, choped y pan? ¿Y cuánto cuesta por comparación un pincho de tortilla en la cafetería? La imagen de modestia obrera era potente, es verdad. También había solidaridad, una solidaridad lonchil. Un repartir de lonchitas y rodajitas entre el grupo. Un bocadillo envuelto en papel de plata hubiera transmitido una impresión individualista. Es muy difícil ver esa foto y no pensar que Iglesias aprovechó incluso la primera rebanada del pan bimbo.

Viendo esto es evidente que estamos ante un genio. Un impostor inigualable ante el que rendirse. Recuerda a esa papel de Alfredo Landa haciéndose pasar por modisto mariquita para ganarse la vida y tocar a las señoras. Pablo Iglesias es el Alfredo Landa del 15M. No sólo ha metido el 15M en el Congreso ¡es que lo ha llevado a la Sierra! La foto tenía, por cierto, algo de bodegón obrero, como la foto de la tortilla del PSOE, pero en paupérrimo.

Pero ahora que sabemos lo de su chaletazo de 600.000 euros entran dudas. ¿Y si Pablo Iglesias no hubiera sido un impostor, y si todo este tiempo sólo hubiera estado ahorrando? ¿Había algo en Marx o en Laclau que explicara sus camisas? El resto de la gente de Podemos defendían la contención pero lo hacían de otro modo. Con otras prendas. En las camisas de cuadros y esos zapatones imposibles que llevaba Iglesias no había ideología, o había más que ideología, había un hombre ahorrando. Un tío mirando mucho el dinero. ¿Acaso no ha vivido todo este tiempo en un piso de su tía abuela en Vallecas? No sólo era el piso de su tía abuela, eran también los muebles de su tía abuela. “Sigue siendo el mismo mobiliario. No pienso cambiarlo, cumple su función”, le dijo a Ana Rosa en una entrevista allí. ¿Pagó Pablo Iglesias aquella cena con Ferreras? Es casi seguro que no.

Creíamos que Pablo Iglesias era comunista, pero no, era un agarrao. Estaba mirando el euro, estaba estirando el sueldo. Un agonías del ahorro. Iglesias nos ha ganado a todos y eso da mucha rabia porque le ha cundido. Ha estado ahorrando (él sí) y le ha dado el sueldo para repartirle el partido y luego para el chalet.

Porque además Pablo Iglesias no es que se haya comprado un piso, se ha comprado lo que se dice “una propiedad”. Todo este tiempo hemos estado pensando que Pablo Iglesias era un comunista contra la propiedad, pero era más bien hacia la propiedad. ¡Cuántas conversaciones con gente asustada que pensaba que Podemos le iba a quitar los pisos! Iglesias ha demostrado un aprecio y un respeto por la propiedad mayor que muchos burgueses. Ha vivido como un comunista (en casa de su tía abuela) para vivir ahora en un chalet. A muchos capitalistas de boquilla les va a pasar justo lo contrario: defendiendo el mercado se van a quedar compartiendo piso en Aluche.
Así que capitalista no hay que serlo teórico, hay que serlo práctico.

Si lo de Iglesias ha sido bueno, la reacción de Monedero defendiendo el comprar sobre el alquilar ha sido colosal. ¡El bolivariano Monedero hablaba como una madre!

Otro aspecto sublime es que Iglesias, el enemigo de los bancos, se ha encadenado a uno de por vida. Pero no es que se haya hipotecado, es que si se miran los números se ha hipotecado extremadamente. Se ha hipotecado con pasión, ciegamente. No un poco o con prudencia. Se ha metido hasta la coleta en la hipoteca, como alguien que confiara absolutamente no sólo en el futuro, sino en el sistema.