sábado, 16 de septiembre de 2017

Chisgarabises

Sujetar a formas legales la resistencia a la opresión
 es el último refinamiento de la tiranía

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Entre los nacionalistas de Barcelona, con sus leoninas arrogancias, y los liberales de Madrid, con sus eternas sonrisas de niños cucañistas, nos hacen sentirnos como la malquerida benaventina: es tanto y tan grande lo que nos pasa, que ya nos parece que no nos pasa nada.

¡Con tanto trabajo que nos costó conseguir las libertades! –cantaba María Soraya en el Banco Azul.

Pero no podemos engañar a los niños: ningún pueblo de la Europa continental movió un dedo por las libertades, que en el continente fueron una conquista del ejército americano (Eisenhower, Marshall y Lucius D. Clay), motivo del consiguiente antiamericanismo; y en España, un obsequio de la Naturaleza, dado que Franco murió, de viejo, en la cama, motivo del consiguiente antifranquismo.

Con Cataluña, de Europa conviene no esperar mucho: al chisposo Juncker se le ha escapado “un respeto” hacia las posibilidades plebiscitarias de la sedición, y el holandés Guy Verhofstadt ya ha dicho que “Europa es necesaria para hacer frente… ¡a Polonia y Hungría!”.

Polonia y Hungría están como el caballo del “Guernica” porque pelearon contra el nazismo y el comunismo, pero Verhofstadt, que va de “Presidente de Liberales y Demócratas por Europa”, es de los cernícalos que creen que la Ilustración (en España se es ilustrado sólo con escribir “dios” con minúscula) trajo la Revolución, que la Revolución trajo la Democracia, que la Democracia trajo la República y que la República trajo a los Verhofstadt, esos chisgarabises que quieren meter en cintura a Polonia y Hungría, algo que escandalizaría incluso a su virtuoso Robespierre, para quien sujetar a formas legales la resistencia a la opresión “es el último refinamiento de la tiranía”.
La UE no es un club político, sino económico (de prestamistas), y lo de Cataluña se percibe como la flamenquería que es, con Puigdemont de Orange, a la espera de que Mariano haga algo (¿cortar la luz en los colegios?) que permita a los Verhofstadt motejarlo de Dux Albanus.