The English Team
Hughes
Abc
Antes de afeitarse la barba definitivamente siente uno la tentación de dejarse el bigote hitleriano. Es un minuto ante el espejo, pero se descubren las posibilidades luciferinas. Y muchas veces reclamamos en casa «espacio vital», que es una expresión claramente hitleriana. Lo nazi espanta cuando nos lo encontramos (¿habrá mayor contrariedad que considerar elegante la combinación de bombacho y botas altas?). ¿Pero cómo sería llevar indeleble ese bigotillo? ¿Llevar Goering en el pasaporte? Documentos TV dedicó un espacio a los hijos de la jerarquía nazi. Estos descendientes de la monstruosidad absoluta necesitaron el proceso inverso al de las víctimas: desdibujar la identidad paterna. —Ejecuté a mi padre.
No matar al padre, que es lo que se hace aquí mediante sobreactuados volatines ideológicos, no: ejecutarlo.
Los descendientes del monstruo tuvieron que asumir, por imperativo del apellido, el martirio de la culpa. No pudieron escaparse a la desmemoria generacional, ese olvido que quizás fuese la gran potencia de desarrollo alemana.
No matar al padre, que es lo que se hace aquí mediante sobreactuados volatines ideológicos, no: ejecutarlo.
Los descendientes del monstruo tuvieron que asumir, por imperativo del apellido, el martirio de la culpa. No pudieron escaparse a la desmemoria generacional, ese olvido que quizás fuese la gran potencia de desarrollo alemana.
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