Claude Popelin
Alfonso Navalón
Estábamos en el palacio plateresco del conde de Montarco, allá por Ciudad Rodrigo. Charla íntima, presidida por la autoridad de nuestro entrañable Claude Popelin, ¡que todavía sigue toreando!
Popelin habla con cariño de nuestra Asociación de Toreros Aficionados:
Estábamos en el palacio plateresco del conde de Montarco, allá por Ciudad Rodrigo. Charla íntima, presidida por la autoridad de nuestro entrañable Claude Popelin, ¡que todavía sigue toreando!
Popelin habla con cariño de nuestra Asociación de Toreros Aficionados:
-Ya lo tengo todo planeado para que vayáis a torear a Francia en la primavera...Pero quiero que vayáis honradamente, porque esta temporada han abusado mucho del público francés... El noventa por ciento de las corridas estaban afeitadas, los abusos de los toreros, apoderados y empresarios españoles han agotado la paciencia de los franceses. En Francia existe el clima general de que todo español va a engañarnos, que las corridas son un fraude y ya prácticamente no se lidia más ganado en puntas que los novillos de los aficionados en Marguerite..., a donde deberéis ir los españoles antes del festival que organizaremos en Nimes y Fréjus...
La idea de torear en un circo romano nos ilusionó a todos y pasamos en seguida a los pormenores de la novillada con que haríamos nuestra presentación.
-Podéis elegir entre los utreros que acostumbráis a matar con picadores o los erales..., pero deben ir en puntas. Ya sabéis el clima que se ha creado allí con tantos abusos. Vosotros debéis llevar una novillada en puntas y exponerla ocho días en los corrales, para que vea el público la diferencia...
Y al oír esto, Javier Sánchez-Arjona, contestó lleno de patriotismo: ¡«Nada de puntas, Claude, nada de puntas...! ¡Que yo me siento muy español!...»
Año de 1965
J. R. M.