Joaquín, campeón de Copa
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Me reprocha un madridista de Córdoba mi quijotesca defensa de la Copa del Rey, sin pararse a pensar que el subconsciente le traiciona. Es a esta competición a la que tanto el Barça como el Madrid tienen auténtico pánico. ¡No digamos sus júligans! Los dos grandes tienen obligación de pasar eliminatorias hasta la final. Si son apeados, al tiempo que reparten felicidad en la casa del pobre, acudirá la zozobra a sus palacios y la maledicencia runruneará en las redacciones. Alcorcón, Novelda, Toledo ó Figueras siguen siendo recientes pesadillas aún sin digerir y motivo de regocijo entre menesterosos siempre devotos del David de la Biblia. Tropiezos tan estrepitosos aún permanecen en la retina de los aficionados que seguimos mirando la Copa con ojos de explorador.
A pesar del empeño en la Federación por hacer el torneo casi clandestino y con criterios de emparejamiento conforme a la moda de la temporada, que no deja de ser ocurrencia de orate, en la Copa siempre pasa algo y deja imágenes inolvidables: Guti y Pellegrini en Alcorcón mandándose recados amistosos, o el gigante Madrigal goleando a pares a las órdenes de Teixidó, un entrenador más bajito aún que Anquela y que fue futbolista en Burgos.
No sólo los dos grandes temen la Copa. Pregunten a los atléticos que el miércoles estuvieron en el Calderón. Manzano estaba sentenciado, pero la derrota ante el Albacete fue su ejecución. Como la de Garrido en Villarreal, que ha propiciado un nuevo revival entre antiguos empleados colchoneros. El portero Molina al que Clemente hizo extremo izquierdo, que no pasaba de monaguillo del Club amarillo, se hace cargo de la parroquia hasta ver qué pasa, y Simeone regresa a la casa del hijo de Gil. La Copa ha propiciado que Simeone y Caminero se vuelvan a juntar, sin memoria para lo que Antic separó. Caminero... bueno, de Caminero prefiero no hablar.
Teniendo en cuenta mi querencia copera, el Córdoba podría hacerme el favor de eliminar al Español y como no veo descabellado que el Mirandés elimine al Rácing de Santander, alcanzaría el honor de asistir a una eliminatoria de cuartos inédita y revolucionaria, que tendría consecuencias épicas para cualquiera de los equipos: Llegar a semifinales.
El aficionado de verdad, detecta en la Copa detalles que pasan desapercibidos en Madrid y Barcelona. Por ejemplo, el aficionado de verdad nota que Iturralde no es que sea mal árbitro. Es que no le gusta el fútbol. Se ha creado un personaje y representa su papel sin sentido del ridículo. En Madrid le tienen por culé y en Huelva y Sevilla, por redomado merengón. Iturralde está pendiente en el campo de lo que no debe, y así, el miércoles expulsó al cordobés Cerra pero en el acta anotó el nombre de Javi Hervás. Si le gustara el fútbol, sabría ya quien es Javi Hervás, por el que según el MARCA el Madrid está dispuesto a pagar dos millones de leuros, y al que tienen vigilado los mejores equipos de Europa. A Iturralde le importan un bledo Hervás, Cerra, Cristiano y Messi... ¡No hay mas que ver como mira!
Perdonen mi candidez por reivindicar la Copa, la auténtica Competición del fútbol español.
Me reprocha un madridista de Córdoba mi quijotesca defensa de la Copa del Rey, sin pararse a pensar que el subconsciente le traiciona. Es a esta competición a la que tanto el Barça como el Madrid tienen auténtico pánico. ¡No digamos sus júligans! Los dos grandes tienen obligación de pasar eliminatorias hasta la final. Si son apeados, al tiempo que reparten felicidad en la casa del pobre, acudirá la zozobra a sus palacios y la maledicencia runruneará en las redacciones. Alcorcón, Novelda, Toledo ó Figueras siguen siendo recientes pesadillas aún sin digerir y motivo de regocijo entre menesterosos siempre devotos del David de la Biblia. Tropiezos tan estrepitosos aún permanecen en la retina de los aficionados que seguimos mirando la Copa con ojos de explorador.
A pesar del empeño en la Federación por hacer el torneo casi clandestino y con criterios de emparejamiento conforme a la moda de la temporada, que no deja de ser ocurrencia de orate, en la Copa siempre pasa algo y deja imágenes inolvidables: Guti y Pellegrini en Alcorcón mandándose recados amistosos, o el gigante Madrigal goleando a pares a las órdenes de Teixidó, un entrenador más bajito aún que Anquela y que fue futbolista en Burgos.
No sólo los dos grandes temen la Copa. Pregunten a los atléticos que el miércoles estuvieron en el Calderón. Manzano estaba sentenciado, pero la derrota ante el Albacete fue su ejecución. Como la de Garrido en Villarreal, que ha propiciado un nuevo revival entre antiguos empleados colchoneros. El portero Molina al que Clemente hizo extremo izquierdo, que no pasaba de monaguillo del Club amarillo, se hace cargo de la parroquia hasta ver qué pasa, y Simeone regresa a la casa del hijo de Gil. La Copa ha propiciado que Simeone y Caminero se vuelvan a juntar, sin memoria para lo que Antic separó. Caminero... bueno, de Caminero prefiero no hablar.
Teniendo en cuenta mi querencia copera, el Córdoba podría hacerme el favor de eliminar al Español y como no veo descabellado que el Mirandés elimine al Rácing de Santander, alcanzaría el honor de asistir a una eliminatoria de cuartos inédita y revolucionaria, que tendría consecuencias épicas para cualquiera de los equipos: Llegar a semifinales.
El aficionado de verdad, detecta en la Copa detalles que pasan desapercibidos en Madrid y Barcelona. Por ejemplo, el aficionado de verdad nota que Iturralde no es que sea mal árbitro. Es que no le gusta el fútbol. Se ha creado un personaje y representa su papel sin sentido del ridículo. En Madrid le tienen por culé y en Huelva y Sevilla, por redomado merengón. Iturralde está pendiente en el campo de lo que no debe, y así, el miércoles expulsó al cordobés Cerra pero en el acta anotó el nombre de Javi Hervás. Si le gustara el fútbol, sabría ya quien es Javi Hervás, por el que según el MARCA el Madrid está dispuesto a pagar dos millones de leuros, y al que tienen vigilado los mejores equipos de Europa. A Iturralde le importan un bledo Hervás, Cerra, Cristiano y Messi... ¡No hay mas que ver como mira!
Perdonen mi candidez por reivindicar la Copa, la auténtica Competición del fútbol español.
Mirandés de cuando uno era bachiller:
Haro, Uslé, Muñoz, Álava, Braceras, Arriola,
Paco, Andueza, Lucas, Iruarrizaga y Frechilla
Haro, Uslé, Muñoz, Álava, Braceras, Arriola,
Paco, Andueza, Lucas, Iruarrizaga y Frechilla