viernes, 15 de enero de 2021

Minimalismo, el arte de ir con lo puesto


 

Hughes

Abc

No se trata del movimiento artístico, ni de la música repetitiva de Steve Reich, el minimalismo al que se refiere el documental «Minimalism» (Netflix) es un movimiento social, una tendencia con pretensiones, que recomienda renunciar a las cosas y moderar el consumo para vivir según el «menos es más».

Se trataría de alcanzar ese estado del alma que solo se consigue cuando uno se ha mudado muchas veces y vive de alquiler: cualquier objeto que entre en casa será un problema llegada la mudanza. Se llega entonces a un zen de la desposesión: sólo un sofa, una silla, unos libros en el suelo... ligero de equipaje como Machado ante Idealista.

Mirar así las cosas no es fácil. Es más, es muy difícil. Con dos clics y un mordisco invisible en la cuenta, Amazon y el comercio electrónico nos ponen todo en casa en 24 horas.

Joshua Fields y Ryan Nicodemus, los protagonistas del documental, se rebelaron, adoptaron el minimalismo y ahora lo predican en conferencias por todo EE.UU. Aunque son entusiastas, el documental no puede evitar cierta tristeza moderna propia de las cosas de Netflix. Es también la tristeza difícil de definir de los objetos sin uso.

«Minimalism» hace pensar en los programas sobre personas con síndrome de Diógenes; también en Marie Kondo, cuya filosofía empieza por desprenderse de la ropa que no nos ponemos. Vaciar el armario para llenar el alma, algo así. Pero las cosas traen recuerdos y eso hace que cueste desprenderse de ellas. ¿Qué vacío habrá después? El documental propone una vida de desprendimiento, ir con lo puesto, llevar encima los recuerdos y poco más, como nómadas de vida desarraigada. Sin embargo, asociamos los objetos a la casa, al hogar, y el hogar a la familia, y esto es lo que hace sospechar, porque entre las profecías (con trazas de autocumplirse) del Foro de Davos está que en 2030 no seremos dueños de nada. No tendremos nada. Las cosas serán servicios. No tendremos casa, ni coche, sólo los contrataremos. El minimalismo quizás no sea una opción para nosotros, sino el futuro.

Hay algo más. Los americanos usan el término «stuff» que no es exactamente lo mismo que «cosa». Es todo eso que uno tiene, las pertenencias, lo que metemos en cajas. Pero las cosas, simplemente las cosas, cada una, tienen su esplendor, su irradiación, su maravilla, y a veces bastan para hacernos felices.