-Tener aroma es un privilegio que los dioses conceden a muy pocas criaturas: las flores, las maderas ricas. También tienen olor propio e inconfundible algunas mujeres privilegiadas, como aquélla a la que Marcial dedicaba su bello verso: "De su piel se exhalan los vapores del azafrán que una mano caliente ha estrujado".
José María Pemán