sábado, 22 de agosto de 2015

"Cagancho"


 San Pedro de Cardeña
Explanada que acoge lo restos de Babieca

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Ha muerto “Cagancho”, el caballo velazqueño (feo y medio portugués, como Velázquez) del rejoneo. Tenía 34 años, como el perro del Chino, en Leganés, que pone el mismo chip a todos.

    A mí, que me gustan los toros, no me gusta el rejoneo, donde lo importante es el caballo, igual que en la tauromaquia posmoderna lo importante es López, figura del “toreo incorpóreo”, o destoreo.
    
En el rejoneo, el toro sale ante el caballo en inferioridad de condiciones, y por eso es un espectáculo para aficionados a los caballos, no a los toros. Yo lo asocio al cuñadismo, porque en mayo, al sacar el abono isidril en Las Ventas, enjambres de cuñados caen sobre el abonado para pedirle “¡las de los sábados!”, que en Feria es el día de los caballos.
    
El caso es que, hablando del caballo de Espartero, se nos ha muerto “Cagancho”, el caballo más popular de la democracia después de “Imperioso”, y a expensas de la moda de “Incitatus”, el caballo senador, ahora que Ramón Espinar, el pobre “hijo del obrero que no pudieron matar” (?), es senador ciclista.

    Mi caballo favorito en estas lides sería, por lo que leo de él, “Morante”, que va con Diego Ventura y que en el ruedo tira unos ñascos a los pobres moruchos que si les pilla un anca les hace una taquilla de toros.

    De los caballos, en fin, sólo me atrae un artículo de Foxá sobre los de la Conquista, y si, siendo de Burgos, me hace gracia “Babieca”, es porque una vez encontré a mi amigo Bonifacio Alfonso, pintor, sentado en la parada del bus a Gamonal y mirando la estatua del Cid con sonrisa de gatazo que se ha comido la pescadilla guardada para el almuerzo.

    –¡C…, Boni! ¿Qué haces aquí? ¿Te has comprado piso en Gamonal?
    
No. Es que siempre que paso por Burgos me siento un rato aquí para reírme con el caballo de Juan Cristóbal.
    
De la pandilla de Camba, Belmonte y Zuloaga, Cristóbal hizo el Cid de Burgos… con el caballo (¡ese caballo!) que le cupo en su pequeño taller-chiscón, para grande regocijo de Bonifacio.