lunes, 27 de mayo de 2013

Pedraz y la llave del calabozo

El auto de Santiago Pedraz sorprendió también al propio etarra Ziganda. Sus abogados no habían solicitado recientemente la puesta en libertad, explican las fuentes consultadas por ECD, por lo que se trató de una decisión judicial totalmente inesperada para ellos.

Cuando los abogados comunicaron al etarra que podía marcharse a casa al día siguiente, su sorpresa fue mayúscula, explican fuentes de Instituciones Penitenciarias. No se lo esperaba, y se apresuró a recoger sus pertenencias para poder dejar la celda al día siguiente.

Los funcionarios de la prisión de Jaén, donde se encontraba ingresado, tampoco se explican la decisión de la Audiencia Nacional. Ziganda se encontraba en una cárcel de Andalucía, lejos del País Vasco, porque era uno de los reclusos de ETA que no había mostrado ningún síntoma de arrepentimiento.