Salida del Rescatao
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Me vienen visitas a oler incienso y sólo pueden ver al Rescatao, ese Cristo que en Málaga llaman el Cautivo y en Madrid, el de Medinacelli; la procesión del Cristo del Amor, Virgen de la que es devoto Sandokán y que tiene la particularidad de ser llevada por mujeres a las que el capataz con buen criterio llama valientes y no valientas en las “levantás”. Son costaleras y no feministas que bailan a su Señora por la Judería con un vaivén casi divino y que saca espontáneos olés de un público mayormente local.
Atrapados en las callejuelas, la amenaza de lluvia se hace agua en el paso del Huerto y la entendida parla de los capillitas señala el refugio de los pasos: “el Gitano y la Esperanza se han metido en el Colegio Góngora”, “...el Rescatao se ha vuelto en San Agustín y no entra en la Carrera Oficial”. Creo que el Huerto entró en la Catedral, pero las Cofradías pudieron disfrutar de esa emoción que un mirón como yo nunca sabrá explicar.
Hoy lunes no ha salido nadie. Sólo un Viacrucis sin imágenes. El Cristo del Zumbacón que anuncia este año la Semana Santa cordobesa recibe en su casa miles de devotos que llevan pasando desde las 6 de la tarde en ordenada procesión peatonal ante esa boca abierta que enseña la “campanilla”. Muchas lágrimas en lunes. Mucha gente en la calle con la mirada ausente ante la lluvia. Muchos cofrades rezando para espantar las nubes del martes... y sobre todo, mucho sentimiento, ante el que uno guarda respetuoso silencio.
Sandokán tras María Santísima de la Encarnación
El Huerto de Getsemaní en Rey Herdia
Colas ante el Cristo y la Virgen del Zumbacón esta tarde de Lunes Santo