Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Unamuno, prototipo de ese español que pega voces (“las verdades del barquero”, dice la chusma), reprendió al Catolicismo como un compromiso entre el Evangelio y el Derecho Romano, los dos textos, precisamente, menos leídos en España, que sigue siendo católica, por encima de la “boutade” de Azaña, el escritor sin lectores contra el que ya nos había prevenido… Unamuno.
De los romanos, como dijo Carmen Calvo, salieron los fascistas, mientras que nuestro derecho abreva en las fuentes de lo popular, como bien se ve en el espectáculo de los dos jueces que persiguen a Bárcenas, esa máquina de hacer portadas, como el Coyote de la Warner al Correcaminos, que corre con un gabán de Cording.
–No he sido la excepción a la hora de ganar dinero –avisa Bárcenas.
No, señor.
Pero hay maneras y maneras.
Una manera (ilegal) es la de dos caballeros arrestados en Eibar por unos dientes extraídos del cementerio y hallados en un “Compro Oro”, que eso es estar en el campo (santo) a “rolex” y a setas.
Y una manera (legal) es la de la oenegé de la señora Colau, subvencionada con casi cuatro millones de euros por educar a las “comunidades latinoamericanas” en “vivienda de género” y “soberanía alimenticia (sic)”, es decir, soberanía que alimenta, materia de la que fue catedrático en Madrid el perro Paco, que también fue un día al Congreso. “¿Por qué distrito viene?”, preguntó un diputado. “Por la tajada”, contestó otro diputado.
¿Y las maneras de Bárcenas?
Nadie sabe.
El derecho español tiene a Bárcenas yendo de Anás a su yerno, Caifás (cuya portera hacía de prensa), y de Caifás a Pilato, el tipo que hizo la pregunta que en el campo laico nadie, todavía, ha respondido: “¿Qué es la verdad?”
Esto, amigos legos, no es señalar en Bárcenas al Mesías, al estilo progresista.
–Jesucristo fue el primer Revolucionario del Mundo –dijo un progresista a Donoso Cortés, que respondió:
–Es cierto. Pero Jesucristo no derramó más sangre que la suya.
Teby, el nuevo perro Paco
Chinchonero y desclasado
(Colección Look de Té)