lunes, 8 de septiembre de 2025

Los de los balcones



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


La “rentrée” nos ha devuelto al muermo de la competición liguera, un “Groundhog Day” de árbitros y revistosos del puchero (peores cuanto más viejos) atizando la marmita en la que el sistema cuece a Vinicius, el negro que sigue sin dejarse cocer, actitud imperdonable en el país cuyos habitantes, encerrados ilegalmente durante meses, salían cada tarde a los balcones para aplaudir a sus carceleros. Esta tropa es la que ha elegido a Vinicius para que les haga de bufón o “cascamorras” en sus delirios psiquiátricos. Sólo ocurre en España, donde, según el poeta, “abunda el hombre malo del campo y de la aldea,  capaz de insanos vicios y crímenes bestiales, que bajo el pardo sayo esconde un alma fea, esclava de los siete pecados capitales”. En política, con campañas bastante más modestas que las que en el fútbol le hacen a Vinicius, que todavía no ha abierto la boca contra los medios, Arzallus hablaba de “Brunete mediática”, y González, de “Sindicato del Crimen”. España eterna.


Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza, guarda su presa y llora la que el vecino alcanza; ni para su infortunio ni goza su riqueza; le hieren y acongojan fortuna y malandanza.


A Vinicius lo recibieron en Oviedo con balones de playa y cánticos de “tonto”, porque es lo que en los medios se sugiere que hay que hacer. Hemos visto a una presentadora de TV con un balón playero bajo el brazo y sonrisa como un escaparate de bastones (“la dulce boca que a gustar convida / un humor entre perlas destilado”, que diría Góngora) glosar como si tal cosa la actuación de Vinicius en un partido.


Vini es que cae mal –resume el moderno telepollas (glorioso hallazgo de Cela) Miró, que los modernos, decía Muray, nunca pierden la ocasión de dar órdenes a todo el mundo.


Él (Vinicius) tiene que motivarse picándose con toda la humanidad –lloriquea Gardel Mijatovic, que sólo se picó, como futbolista, con el pejino Iñaki Bollaín, y como ejecutivo de Calderón (¡el senador de Massachusetts!), con su subordinado Iván Helguera.


Llegamos al núcleo de la cultura progresista contra la que se estrella Vinicius en su papel del “Otro”. El “Otro”, explica Erriguel, es bienvenido si su religión (alegría, en este caso) se disuelve en cultura (obediencia), su cultura en folclore (rutina) y su identidad (danzón cubano) en simulacro. Es decir, si el “Otro” se convierte en lo “Mismo”. Vamos, si Vinicius se aviene a salir al balcón cada día a las ocho de la tarde para aplaudir a quienes le digan tonto. Nuestra Españeta.


El numen de estos campos es sanguinario y fiero: al declinar la tarde, sobre el remoto alcor, veréis agigantarse la forma de un arquero, la forma de un inmenso centauro flechador.


Es la barbarie ibérica, la que atrapó Machado pinchándola con su pluma sobre el papel, “como se suele hacer con un insecto repugnante”. La barbarie pipera que chapotea en la creencia tiñosa de que lo que hace bueno a una estrella son los pitos y el banquillo, aunque combatir una creencia con la razón es como atacar un bloque bajo con el tiquitaca. Ante esta degeneración ambiental, mi ideal de espectador sería que, siendo el equipo a batir, acometiera el Madrid las competiciones nacionales estrictamente como preparación para las competiciones internacionales, siguiendo la máxima de Bear Grylls (no nos cansemos de repetirla) según la cual en la caza de un animal no hay que gastar más energía que la que te pueda proporcionar como alimento. Es un mito universal, y ni la Liga ni la Copa de los Tebas y los Louzán le aporta en el mundo un solo seguidor más. El reto de Xabi Alonso no puede reducirse a atacar los bloques bajos del Osasuna y del Oviedo, sino a correr a gorrazos (es decir, no a pases hacia atrás) al City, al Liverpool y a la Juventus en la próxima Champions de Ceferino (ese Kajo Kallos del fútbol), que es donde se reparte el dinero gordo y el prestigio grande. Y que los de los balcones rabien. Avisado lo dejó el poeta:


Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta; no fue por estos campos el bíblico jardín: son tierras para el águila, un trozo de planeta, por donde cruza errante la sombra de Caín.


[Sábado, 30 de Agosto]


Antonio Machado