Trump & Milley
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El emperador de la China ha soltado un globo escopofílico sobre el cielo americano, y al Líder del Mundo Libre, Sleepy Joe, le ha llevado diez días pincharlo.
Biden dice ahora que ordenó derribarlo en el instante en que se le informó, pero que el general Milley lo anuló, y lo escandaloso aquí es que no se escandalice nadie.
–El gran sueño americano de ir más allá de las estrellas se ha esfumado –escribió en el 70 un gran agitador americano–. Hemos olvidado de dónde venimos, no sabemos dónde estamos y tememos hacia dónde nos dirigimos. El símbolo de nuestro modo de vida en el mundo es nuestra fuerza militar.
El globo, que ya fue la “idée fixe” de la metafísica, es la “idée fixe” de la geopolítica, cosa que tiene estudiada el alemán Sloterdijk. Y así como el pepero Montoro enviaba sus drones a sobrevolar fincas para descubrir piscinas ilegales, envía el Gran Vinipú sus globos a sobrevolar el imperio declinante para descubrir silos nucleares. Pero ¿qué dicen las elites gringas de lo que Lee Smith, en su artículo “Los treinta Tiranos” (publicado en España por Disenso), llamó la “China Class”?
La “China Class” de Smith surgió con el siglo, cuando la adhesión china a la Organización Mundial del Comercio por la gatera que en el 94 había abierto Clinton, que desvinculó los derechos humanos de los negocios, jugada que haría aún más rica a la elite, que se pasó del partido republicano al partido demócrata al grito de “¡Viva el globalismo!” William Cohen, secretario de Defensa de Clinton, se ocupó de que China obtuviera el privilegio de “nación más favorecida”, convirtiéndose en la gran mecenas de las universidades de la Unión. El resto es conocido, y Sleepy Joe, desobedecido por Milley, ensucia el campo de juego con la insidia de que con Trump, el gran enemigo de esos negocios, también los globos chinos sobrevolaban América.
Milley es el Julio César que el “Deep State” le impuso a Trump para dirigir “la fuerza militar”, y Bob Woodward, ex agente de la Cia que funge de periodista en el Watergate (Robert Redford en “Todos los hombres del presidente”), cuenta en un libro, “Peligro”, que el general Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, le dijo a China que avisaría con anticipación, si Trump daba la orden de ataque:
–En un par de llamadas telefónicas secretas, el general Milley aseguró a su homólogo chino, el general Li Zuocheng, que Estados Unidos no atacaría.
La felonía le valió a Milley la simpatía mediática de las “democracias liberales” y su confirmación en el puesto en la Administración Biden, con quien organizó a lo Pancho Villa la rendición y fuga de Afganistán.
Mas los auténticos tanques occidentales, que son los Tanques de Pensamiento, nos siguen vendiendo el número de “Life” de diciembre del 41, portada de Tojo, sobre cómo distinguir a un japonés (“chatos y achaparrados”) de un chino (“nariz de caballete alto y piel de un amarillo de pergamino”). Los medios.
[Martes, 7 de Febrero]