viernes, 24 de febrero de 2023

Bloqueos


Elon Musk

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    El amo de Twitter, Elon Musk, en quien muchos sólo ven al poli bueno del Mal, ha eliminado todos los bloqueos de su cuenta (“I did delete all blocks from my account”), dando lugar a “una de las grandes fruiciones sentimentales españolas”, como Pemán, director de la Academia, definía la amnistía. Una amnistía tuitera.


Bloquear es rechazar. La izquierda latosa banalizó la palabra “bloqueo” con el tabarrón cubano, pero uno puede hacerse una idea de lo que siente Vinicius bloqueado en la banda por Maffeo, Raíllo y Alejo cuando se descubre bloqueado en el Twitter por Pons, Sémper y Roldán, tres “cacouacs” de la Gran Familia Liberalia del Diálogo, y además, por Margaritis Schinas, vicesecretario de la UE… ¡para “our European Way of Life”!, que consiste en vivir del contribuyente, es decir, ganarse muy bien su vida mandando muy mal en la mía.


“Cacouacs”, un guiño a las ranas, es como en los salones de la Pompadour las malas lenguas llamaban a los “philosophes” del diálogo, el “falso diálogo” de la teoría del disenso de Buela, que comienza con el consenso como petición de principio sobre la “parodia del otro como un igual”: un nominalismo nuevo, que simula arreglar la realidad con conversación.


Este consenso está vinculado a la idea de tolerancia liberal, que introduce la idea de disimulo en la política, pues la tolerancia, hoy, no es otra cosa que la disimulada demora en la negación del otro.


    El “periódico de las elites españolas”, valga el oxímoron, en la misma tribuna donde hoy “cacouaquea” el eximio Pérez Royo (un día habría que contar esta Guyana del periodismo español), publicaba en el 77 un artículo de belleza abisal sobre la amnistía remitido por Schmitt: la amnistía, decía ahí, es una de las formas primordiales de la Historia del Derecho, y en el sentido verdadero y auténtico de la palabra significa nada menos que la terminación de la guerra civil:


    –No es ni un indulto ni una limosna. Quien acepta la amnistía también tiene que darla, y quien concede amnistía tiene que saber que también la recibe. La amnistía es un acto mutuo de olvidar.


    La revolución de Cromwel, recuerda el jurista, se terminó, después de la vuelta del rey, en 1660, por una “ley de descarga y olvido” (indemnity and oblivian Act). Y anticipa el “Estado de Derecho” de los “cacouacs”: “También la legislación se convierte en medio de destrucción. Todo esto ya se proclamó hace años, con toda exactitud, por Lenin, el político más moderno y más consciente”.


    La amnistía del 77 se pensó para los gudaris vascongados de la “lucha por la democracia” (quedaban así al margen los pistoleros de Atocha), pues los otros estaban exentos por la de los “25 Años de Paz”. La amnistía tuitera de Musk enseña que todo bloqueo es iliberal, y si un liberalio te bloquea, es de justicia, dice un amigo, preguntarle: “Entonces, de tralará, ni hablamos ¿no?

 

[Viernes, 17 de Febrero]